Una terrible falta de humanidad y liderazgo
Un accidente laboral más. Eso es la catástrofe de Zaldibar para el lehendakari Iñigo Urkullu. Y él no asiste, ni en esta legislatura ni por lo visto en la siguiente si consigue repetir como lehendakari, a escenarios de accidentes laborales. Aunque este año hayan muerto en Euskal Herria once personas en sus puestos de trabajo (ocho bajo su administración). Aunque a ellos haya que sumar muy probablemente a los dos trabajadores que permanecen sepultados en el vertedero, cinco días después del accidente y sin perspectivas claras, sin un plan y sin la inversión necesaria para lograrlo en un plazo razonablemente corto.
El lehendakari Urkullu puede ir a la ópera, a inaugurar una parada del metro, a un congreso empresarial o a cualquier otro evento, pero no puede ir al lugar donde unos trabajadores han fallecido. Enfadado, no explicó por qué no puede, pero dejó claro que no lo hará. No atenderá a campañas de Twitter, afirmó. Pidan lo que pidan, pase lo que pase. Que el accidente haya colapsado una de las vías estratégicas del país por carretera tampoco le ha hecho moverse. Que en el accidente se hayan derramado materias tóxicas como amianto, contaminando a quienes comenzaron las labores de búsqueda, tampoco le parece razón para asistir. Tampoco le parece relevante que se haya descubierto que en su consejería de Medio Ambiente habían detectado irregularidades en el vertedero y que, visto el resultado, no aplicaron a tiempo las medidas necesarias para evitar algo de lo que ha ocurrido. Según él, esto es algo que tiene que ver con una empresa privada.
Todo esto lo dijo ayer Iñigo Urkullu a preguntas de la prensa. La comparecencia no era para hablar de nada que no fuese la decisión de Iñigo Urkullu de adelantar elecciones al 5 de abril. Tal y como afirmó a modo de corolario «si no hay nada más, gracias y… ¡precampaña!». Se puede votar a Urkullu por muchas razones. Como él suele decir, «es lícito y legítimo». Eso sí, el que desde ayer diga que es por su liderazgo, o se engaña o es un sectario.