En Eitzaga: «Nos deben la verdad»
UNA GRAN MOVILIZACIÓN CIUDADANA LLEGÓ AYER HASTA EL VERTEDERO DE ZALDIBAR Y RECLAMÓ «LA VERDAD QUE NOS DEBEN», EN MEDIO DE UNA INDIGNACIÓN QUE, COMO EL OLOR, SIGUE EN LA CALLE, JUNTO A LA SENSACIÓN DE SER VÍCTIMAS DE UN NEGOCIO EN EL QUE NO HA PRIMADO EL CONTROL DE LA SALUD PÚBLICA.
Tres columnas de vecinos y vecinas partieron ayer a la tarde de Elgeta, Ermua y Eibar para confluir en Eitzaga, en una gran movilización ciudadana ante un vertedero todavía humeante, en el que más de una semana después dos personas siguen desaparecidas, Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán, que en el momento del derrumbe trabajaban en la escombrera. “Senideak gurekin nahi ditugu”, podía leerse en camisetas que portaban algunos de los manifestantes.
Entre los participantes hubo sobre todo gente de la zona, con una destacable participación de jóvenes, que portaron mensajes contra el «negocio en la gestión de las basuras» y en defensa de la salud.
Primero, los trabajadores
La mayor parte de los testimonios recabados por GARA y NAIZ en Eibar, antes de la partida de la manifestación desde Amaña, coincidieron en recordar a los trabajadores. También subrayaron el hecho de que hayan pagado con su vida quienes habían alertado de las grietas en el terreno y pudieron advertir a otros compañeros cuando comenzaron a sentir el derrumbe.
Como el olor, la indignación y la preocupación por lo ocurrido han impregnado cada rincón y cada casa en las inmediaciones de la escombrera, una vieja conocida para quienes afirman que llevan tiempo observando «la cantidad de camiones que entraban ahí».
Qué se ha depositado en ese vertedero es una de las cuestiones que tendrán que responder responsables de la actividad y del control público de la misma, «una verdad que nos deben», según subrayaron ayer.
«A los representantes políticos, a la empresa, al consejero de Medio Ambiente, al lehendakari, les decimos que lo ocurrido con el vertedero de Zaldibar no es un problema secundario». «Se trata de un problema de gran gravedad y la respuesta a dar debe ser del mismo nivel», planteó la plataforma Zaldibar Argitu en el mensaje que cerró la protesta.
Las primeras palabras fueron de solidaridad y apoyo a familiares y amigos de los trabajadores desaparecidos, pero la movilización ciudadana tampoco pasó por alto que lo sucedido «no es casualidad», sino producto de una gestión de las basuras que no puede responder a intereses de mercado cuando está en juego la calidad de vida y la salud pública. Por ello, el emplazamiento en la calle a las instituciones insiste en que «dejen de mentir» y asuman responsabilidades, tras un desastre que ha evidenciado la falta de garantías en la protección de la salud y el medio.
En Eibar ayer no se hablaba de otra cosa, y no era necesario preguntar para escuchar por la calle avisos como «aita, si vas a la huerta lleva mascarilla» o la preocupación por la calidad de los productos de la zona.
Para Teresa e Idoia, ese olor «como a plástico o neumático quemado» se ha instalado desde el pasado sábado y la preocupación no hace sino aumentar porque lo poco que se va conociendo es lo mal que se ha hecho, «cuando en nuestros trabajos tenemos protocolos sobre lo que hay que hacer», señalaron.
«Vivo delante de un parque en el que en días como hoy –por ayer– suele haber muchos niños y hoy no había nadie», destacó una de ellas.
«Esto está cogiendo un color muy feo, aquí ha habido mucho negocio, es impresentable que no den la cara, es su responsabilidad», agregaron.
Ahora compramos el agua
Sara es madre de dos niñas de 9 y 5 años. «¿No podemos hacer deporte pero podemos estar en la calle? Nosotros en casa hemos empezado a comprar agua embotellada», contó, al hilo de las recomendaciones lanzadas desde la Consejería de Salud de Lakua. Tal y como resaltó, lo peor es que «son ya muchas mentiras, hay dos personas que no aparecen, hasta ayer no pasaba nada, ahora hay que tomar medidas, y no sabemos ya qué hacer ni qué creer».
«Hay gente de caseríos cercanos que dice que entraban camiones europeos, vete a saber, con lo que estamos viendo te puedes creer de todo», comentan en las terrazas de una concurrida calle del centro de Eibar, donde algunos restaurantes acusaron ayer mismo la anulación de las reservas por la suspensión del derbi entre el Eibar y la Real Sociedad.
Eso de que se anule el partido «está bien», para que se dé visibilidad y credibilidad a la preocupación de la gente, subrayan, porque «a la gente de la calle no nos hacen mucho caso, pero si han llegado a anular un partido de la liga, para muchos son palabras mayores».
Unai, Ibon, Jésica y Natalia participaron en la marcha junto a un grupo de jóvenes de Ermua. «Nos hemos sentido abandonados por el gobierno y nuestros ayuntamientos, que deberían controlar esas actividades con estudios independientes de la empresa y de las instituciones», apuntaron.
«Nadie sabía en el pueblo que había residuos tóxicos, y por lo que parece ningún ente público estaba controlando como debe estos vertederos», señalaron. A su juicio tienen una gran responsabilidad los gobiernos locales, los más próximos a la ciudadanía y, sin embargo, «hasta ayer la cuenta de Twitter del Gobierno de Ermua decía que la calidad del aire «era muy buena». Hubo hasta papeles en los portales tranquilizando. Tal y como resaltaron, en medio de esta situación, está el colegio San Lorenzo, a 200 metros en línea recta del vertedero.