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KOLABORAZIOA

Cuando el dinero lo puede todo

El pasado 21 de abril, en pleno confinamiento y crisis sociosanitaria y económica, la Diputación Foral de Bizkaia pensó que era muy acertado reeditar el acuerdo con SOSA, un vivero de empresas con base en Tel Aviv, Israel. Es la segunda vez que se firma un acuerdo de colaboración de semejantes características. El primero fue en 2018, por unos 510.000 euros. En esta ocasión el importe asciende a más de 760.000 euros.

No se sabe a ciencia cierta qué emprendedores de Bizkaia han podido requerir hacer dicha inversión en Israel y, sobre todo, aún no sabemos qué beneficios y cuántos empleos se crearon con el convenio anterior. Quizás si la Diputación fuera más transparente y diligente podríamos llegar a entender el aumento de este gasto. Tampoco se entiende que en este contexto, en el que la propia Diputación se está dejando un verdadero pastizal en promocionar “Bizkaia Orain / Ahora Bizkaia”, nos vayamos a dejar más de 760.000 euros en una nodo de empresas situado en Israel. ¿Somos o no somos partidarias de invertir en Bizkaia?

La incoherencia política de la Diputación es mayúscula, ya que por un lado, algunas de las empresas que sustentan SOSA se dedican a la venta de armas y tienen base en territorios palestinos ocupados. Y por otro, porque la Diputación desarrolla políticas y planes a favor de Palestina desde el área de cooperación al desarrollo y, al mismo tiempo, firman convenios con empresas sionistas que destruyen el territorio palestino.

Además, las propias Juntas Generales ratificaron en 2016 un acuerdo de la UE en el que se indicaba que los acuerdos con el Estado de Israel eran inaplicables a territorios ocupados por dicho Estado. Dicho acuerdo de Juntas se basaba, en realidad, en resoluciones tomadas por la ONU y ratificadas además por la UE, rechazando cualquier negocio que se lucre con la ocupación. Pero además es incoherente que se haga con empresas que surten de armamento y tecnología al Ejército israelí mientras el departamento de Cooperación mantiene a Palestina como receptor prioritario de ayuda al desarrollo.

Existen pruebas de que, al menos, dos empresas de SOSA incumplen esto. Una de las beneficiarias del acuerdo suscrito con Bizkaia es la empresa HP, Hewlett Packard Enterprise, que es el contratista principal del sistema de Basilea, un sistema biométrico de control de acceso automatizado que se emplea en los puestos de control o checkpoints y en el muro de apartheid y al mismo tiempo proporciona tecnología para las colonias israelíes –ilegales según el derecho internacional–. Otra de las empresas que sustentan SOSA es Rafael Advanced Defense Systems Ltd., empresa que suministra al Ejército israelí y que colaboró en el asalto en aguas internacionales a la Flotilla de la Libertad Rumbo a Gaza el 31 de mayo de 2010, considerada crimen de guerra por la Corte Penal Internacional.

Es evidente que la firma de este convenio choca frontalmente con los derechos humanos. No se puede estar con la víctima y con el verdugo, más si se incorporan y asumen los Objetivos de Desarrollo Sostenible como columna de las políticas forales. No se puede y no se debe negociar con Israel mientras siga siendo un régimen basado en el apartheid y la ocupación. Es responsabilidad de todos los agentes de los Estados dejar fuera de los contratos, inversiones u otros modelos de colaboración a quienes no respetan los derechos humanos o las normas del derecho internacional.

Es necesario que la Diputación rescinda este convenio. Esperemos que así sea, porque queremos pensar que sí se puede desarrollar una Bizkaia basada en los Derechos Humanos, respetando el derecho internacional, acorde a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y con inversión en nuestro propio territorio, Bizkaia, que ahora más que nunca necesita inversión.