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Dublín

Histórico pacto de la derecha en Irlanda para excluir a Sinn Féin

Los dos principales partidos de derecha en Irlanda, Fine Gael y Fianna Fáil, llegaron ayer a un histórico acuerdo de Gobierno para los próximos cinco años con los Verdes, que contemplará la rotación en el cargo del primer ministro de Leo Varadkar y Micheál Martin, para impedir que Sinn Féin pueda acceder al poder y evitar que se repitan las elecciones legislativas de febrero. Este Ejecutivo «no representa el cambio por el que votó el pueblo», aseguró Sinn Féin.

Más de cuatro meses después de las elecciones legislativas en Irlanda, los dos grandes partidos irlandeses de derecha, rivales desde hace más de un siglo, Fine Gael y Fianna Fáil, y los Verdes alcanzaron ayer un acuerdo para formar un Gobierno de coalición, una opción que se venía barajando desde hacía tiempo. Estos dos grandes partidos se han repartido el poder desde la independencia de Irlanda, pero los malos resultados cosechados por ambos en los comicios de febrero de 2020 obligaron a sus líderes a sellar un acuerdo para evitar el ascenso al poder del republicano Sinn Féin, que no consiguió fraguar un Ejecutivo de izquierda.

El programa de Gobierno, al que solo le resta el visto bueno de los tres partidos, contempla que el líder de Fianna Fáil y actualmente de la oposición, Micheál Martin, arranque el nuevo periodo como primer ministro.

En diciembre de 2022 cederá el bastón de mando al taoiseach saliente, Leo Varadkar, de Fine Gael, que lo ocupará hasta el fin de la legislatura en 2025.

«Creo que este acuerdo representa un nuevo comienzo para determinar cómo afrontamos asuntos de vivienda, educación, sanidad y, sobre todo, el reto generacional del cambio climático», declaró Martin, quien destacó que el programa coincide en «muchos» aspectos con la hoja de ruta fijada por su formación antes de los comicios, aunque admitió renuncias. «Nadie gana en todo», reconoció.

Varadkar, que no quiso especular sobre el cargo que ocupará durante los dos primeros años –«buena pregunta», se limitó a decir– indicó que el programa acordado «está en línea con los valores y principios de Fine Gael».

El programa recoge una serie de reivindicaciones de los ecologistas, como mejores políticas ambientales, entre ellas una financiación adicional del transporte público, más y mejores infraestructuras para el uso de la bicicleta, así como un aumento del impuesto a las emisiones contaminantes y un avance significativo de la reducción de dichas emisiones.

Su líder, Eamon Ryan, celebró que se hubieran salvado las grandes diferencias, admitiendo que hubo «una larga discusión sobre pensiones y otros asuntos fiscales». Aseguró que la nueva Administración será «buena para la Irlanda rural». Aclaró que aún está pendiente el reparto de carteras, un «puzle complejo».

El acuerdo sin precedentes entre Fine Gael y Fianna Fáil no tiene otro motivo que su descalabro electoral y el auge de Sinn Féin, que se alzó con una histórica victoria en número de votos, pero no pudo concretar una alianza de izquierdas que le permitiera asegurar al menos 80 apoyos en el Parlamento. Sí lo ha logrado el tripartito, que sumará 38 del Fianna Fáil, 37 del Fine Gael y 12 de los Verdes.

«Política fallecida»

La líder de Sinn Féin, Mary Lou McDonald, afirmó que el nuevo Gobierno «no representa el cambio por el que el pueblo votó en febrero» y supone una prolongación de la «política fallecida» que ha dado la espalda durante años a trabajadores y familias. McDonald acusó a Varadkar y a Martin de «excluir las demandas de cambio» al haberse negado a negociar con su partido.

Insistió en la necesidad de «inversiones, no recortes; ambición, no miedo; visión, no lo mismo». Así reclamó que se protejan los ingresos de trabajadores y familias y no se vuelva a la austeridad. «Irlanda necesita un nuevo comienzo, no una vuelta al pasado», subrayó.

A quienes esperaban un cambio y estaban impacientes y ahora desilusionados, alentó a no sentirse derrotados. «El futuro sigue ahí para ganarlo. No me doy por vencida porque creo que estamos cerca de una mejor Irlanda», afirmó McDonald, quien señaló que «nuestro trabajo ahora será mantener el barco en la dirección correcta y a todos los que comparten esta visión, a bordo».