Amaia U. LASAGABASTER
Champions League

El oro se queda en Europa

Un gol de Coman dio al Bayern de Munich su sexta corona europea, culminando una temporada en la que ha conquistado también Liga y Copa. El equipo bávaro es el primero que alcanza el título con pleno de victorias, once, en esta atípica edición del torneo.

PARIS SAINT GERMAIN 0

BAYERN DE MUNICH 1


Catar sigue inyectando petrodólares pero el oro no se mueve de Europa. Tampoco esta vez conquistó el Paris Saint Germain el sueño al que ha destinado 1.300 millones de euros en la última década. Se lo arrebató un Bayern de Munich que tampoco maneja calderilla pero que bien puede ejercer de antítesis del equipo parisino, simbolizando el fútbol clásico europeo.

No en vano el de ayer es el sexto título continental –llámese Copa de Europa o Champions– que conquista el Bayern. Para celebrar un triplete, además, como la última vez que lo logró, en 2013, entonces con Jupp Heynckes en el banquillo. Es, además, el primer equipo que alza el trofeo con pleno de victorias, once, en está anómala edición del torneo. Una alegría de la que también participan dos futbolistas vascos, Javi Martínez y Odriozola, aunque ayer, como era previsible, sólo pudieron participar animando desde las desiertas gradas del Estadio da Luz. El que sí jugó fue Ander Herrera, aunque probablemente habría cambiado su magnífica hora sobre el césped por colgarse la medalla de oro.

El ex del Athletic brilló especialmente en un primer tiempo que ofreció todo lo que se le puede pedir a una final. Menos goles. Pero hubo igualdad, con los dos equipos alternándose al frente del partido; hubo juego y hubo protagonismo para los delanteros... y para los porteros. El empate a cero al descanso tuvo más que ver con el acierto de Neuer y Keylor Navas que con la impericia de los atacantes.

De primeras pareció que el costarricense iba a chupar más minutos de cámara porque el Bayern empezó el partido metido en el último cuarto del campo, impidiendo que los franceses se acercaran ni a la línea divisoria. Hasta que una aparición de Mbappé a los diez minutos provocó el primer giro de guión. Se animó el PSG, entraron en calor la estrella francesa y Ander Herrera, que firmó un primer tiempo exquisito, y a los bávaros les tocó apretar los dientes. Y recurrir a Neuer, que se lució con un doble despeje a remates de Neymar.

Curiosamente, cuando mejor se veía al equipo parisino, llegaron la mejor ocasión del Bayern y una acción en principio desafortunada que acabó saliéndole bien. Primero fue el remate de Lewandowski a la media vuelta, que se estrelló en la base del poste. Y casi de inmediato, la marcha de Boateng, que ya se había retirado de la semifinal con problemas musculares y ayer no aguantó ni media hora. Le sustituyó Süle y, casualidad o no, su equipo estuvo mejor. Conforme se acercó el descanso, el Bayern volvió a dar un paso adelante, con ocasión de Lewandowski y paradón de Keylor incluídos, pero también ahora los «uys» se escucharon más fuerte en la portería rival: con un remate de Di Maria y, sobre todo, con la gran ocasión que desperdició Mbappé rematando sin fuerza a las manos de Neuer.

Se fue mejor el equipo bávaro a vestuarios y también regresó mejor al césped. Tuvo la fortuna, además, de acertar en el momento idóneo: justo cuando el cansancio y el miedo a perder empezaban a ganarle la partida a la ambición por la victoria. Colocó el balón desde la derecha Kimmich para que Coman, la gran novedad en el once de Hans Flick, cabeceara el 1-0.

Quedaba mucho por delante. Y aunque el Bayern se vio convencido de que la «orejona» volaba a Munich, y pese a que a su rival se le empezaron a acumular calambres, frustración, resoplidos y pinchazos, el PSG no dejó de buscar un gol que, no obstante, nunca llegó.