EDITORIALA
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Chalecos salvavidas para evitar salvarles la vida

La situación que vive la población civil en la orilla sur del Mediterráneo no mejora y el éxodo no cesa. El flujo migratorio por mar crece en verano, dando lugar a situaciones inhumanas. En Europa, esta crisis está quedando totalmente eclipsada, cuando no distorsionada, por la crisis del coronavirus. Por ejemplo, las autoridades de Sicilia y Lampedusa ponen la pandemia como excusa para desentenderse de sus obligaciones de rescate y asilo. Señalan que las condiciones en las que llegan y son retenidos los migrantes son un peligro sanitario, pero su objetivo es alejar el problema, no ayudar a solucionarlo. Utilizan a los migrantes como rehenes y amenazan a quienes ejercen la solidaridad. La pasividad de la Unión Europea facilita los discursos más reaccionarios y despiadados.

No solo discursos, ni solo en Italia. También hay serias violaciones de derechos humanos practicadas por otros Estados miembros. Además de los barcos de rescate como el que está ahora sin poder tomar tierra con 353 migrantes a bordo, la organización humanitaria Sea Watch tiene dos aviones de vigilancia que se dedican a buscar personas en peligro en el Mediterráneo, llamados Seabird y Moonbird. Este último avistó una barcaza a la deriva con unas decenas de migrantes a bordo. Avisó al Ejército de Malta, que patrullaba cerca del lugar porque era su jurisdicción. La segunda vez que el avión localizó la misma embarcación, el bote seguía abandonado, pero los migrantes llevaban chalecos salvavidas. Los militares malteses se los habían dado y los habían encaminado hacia las costas italianas, adonde llegaron tras recorrer 60 millas sin ningún tipo de asistencia. Pudiendo salvarles la vida, les dieron chalecos salvavidas. Es inmoral e ilegal a partes iguales.

Todo esto sucede sin que Bruselas haga absolutamente nada: ni vigile ni redirija ni invierta ni sancione ni solucione. Nada. La falta de inteligencia estratégica y la bajeza moral de los poderes europeos en la cuestión migratoria suponen una importante hipoteca política a medio plazo.