Ramón SOLA
CRISIS DEL CORONAVIRUS

Sagardui fija como meta la desescalada navideña con la curva aún creciendo

Lo hizo el jueves el lehendakari Urkullu y ayer la consejera Sagardui: llegar a Navidades en reapertura es el objetivo expreso tras el repliegue acentuado con las medidas que entraron ayer en vigor. Pero lo cierto de momento es que la curva crece, al contrario que en Nafarroa, donde ayer hubo un descenso sensible de hospitalizaciones, quizás puntual.

En el reciente debate sobre el estado de alarma en el Congreso español, sobre las alusiones de PP y Vox a «salvar las Navidades» se impuso la opinión generalizada de los expertos de que no es conveniente poner plazos a la lucha contra el virus. No obstante, la opción de una desescalada navideña impregna el subconsciente del Gobierno de Lakua. La fecha fue citada el jueves por Urkullu en la alocución en que anunció las nuevas medidas del LABI y ayer lo volvió a expresar la consejera de Salud, Gotzone Sagardui.

«Si queremos evitar el colapso del sistema sanitario y poder llegar a las Navidades en las mejores condiciones, debemos actuar hoy y ahora», reclamó la consejera. Fue su mensaje de refuerzo de las restricciones iniciadas a medianoche y que cambiaron ayer sustancialmente el panorama en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, con bares cerrados, personas haciendo deporte con mascarilla e intervenciones nocturnas de todas las policías contra quienes no se retiraron tras el toque de queda, el viernes todavía a las 23.00 pero anoche ya a las 22.00

Sagardui acompañó la zanahoria con el palo: la amenaza de volver a la situación de marzo: «Pido a todas las personas que restrinjamos al máximo nuestra vida social y movilidad porque, de lo contrario, estaremos condenados al confinamiento».

¿Es razonable esperar unas Navidades con bares abiertos, por ejemplo, o simplemente el Gobierno Urkullu sigue preso de las mismas prisas que le llevaron al abrazo de Kobaron con el presidente cántabro en junio? Es pronto para decirlo.

Los resultados que van dando en Nafarroa las restricciones drásticas de hace dos semanas y media pueden invitar a algún optimismo, pero lo cierto a día de hoy en Bizkaia y Gipuzkoa es que la curva de contagios sigue al alza. Y que el Plan Bizi Berri II enviado ayer por el Ejecutivo a los medios sitúa al territorio en una situación de «transmisión muy alta» al menos en dos de sus tres parámetros: superar los 500 contagios acumulados por 100.000 habitantes (está en 778 con el dato del viernes) y superar el 1 en el número reproductivo básico (1,10 en la actualidad). El tercer indicador es que la ocupación de UCI por enfermos de covid-19 supere el 50%, más ambiguo dado que la previsión de camas UCI puede ampliarse y Osakidetza mantiene aún el nivel dos sobre cinco posibles.

Nafarroa, menos en hospital

Con la diferencia de ritmos en la adopción de medidas, la brecha entre Nafarroa y Gipuzkoa, por ejemplo, crece ahora en favor de la primera. Este viernes se han contabilizado 330 positivos en Nafarroa frente a 641 en Gipuzkoa. Y la tasa de positividad sobre todas las PCR realizada ha caído en territorio Osasunbidea a 7,8% mientras en la CAV ha ascendido dos puntos en una jornada, hasta el 11,45%. Costará revertir esa tendencia, aunque Sagardui dijo ayer que espera ver resultados de las nuevas medidas «en unos días».

Desde Nafarroa, lo mejor fue el apunte de que el viernes acabó con 19 hospitalizados menos que el jueves, quizás mero diente de sierra o quizás indicador de que la presión hospitalaria puede remitir. No en los tanatorios: siete fallecidos este día.