EDITORIALA
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Un motivo de celebración para cerrar un año aciago

La campaña de vacunación contra el covid-19 comenzó ayer en Hego Euskal Herria. Lo hizo en cuatro residencias para mayores y con poco más de medio millar de dosis, una cantidad simbólica que, si acaso, sirve para advertir de que este va a ser un proceso largo. De hecho, es posible que se tarde más en administrar la vacuna a la población de lo que se ha tardado en desarrollarla. El 27 de diciembre no es, por tanto, el final de la pandemia, ni mucho menos, pero sí representa la esperanza de que ese final acabará llegando, y es motivo de celebración. Sobre todo si se tiene en cuenta que la población más vulnerable podría quedar inmunizada en un plazo bastante breve, con el impacto que tendría en unas cifras de mortalidad que en estos meses han alcanzado cotas insufribles.

Siendo esto así, a nadie se le escapa que hay un sector de la ciudadanía que mira con recelo a esta vacuna. Por lo rápido que se ha obtenido, por el método utilizado, por desinformación o por la proliferación de bulos, hay personas que dudan. Y es un sentimiento legítimo ante el que solo cabe hacer un ejercicio extra de transparencia y pedagogía. Muchas de esas dudas desaparecerán con el tiempo y el propio ritmo de la vacunación. Nada tiene que ver ese titubeo con la actitud, inexplicable, de quienes entrados en la segunda década del siglo XXI siguen dando la espalda a la ciencia y la razón, repudiando las vacunas y desdeñando las millones de vidas que estas han logrado salvar, erradicando enfermedades que hace poco causaban estragos.

El principal problema de esta vacuna será el mismo que el de las demás: su injusta distribución. Muchos menores mueren cada año de sarampión porque no les llegan esos antídotos que algunos desprecian en esta parte del mundo, la rica, donde apenas hay riesgo de contraer esa enfermedad. El covid, por el contrario, nos ha puesto a todos en el mismo punto de partida, pero algunos salimos con ventaja y debemos entender que esta carrera no habrá acabado hasta que todo el planeta pueda respirar tranquilo.