«Estamos afrontando una situación excepcional con medidas que no lo son». Estas palabras, pronunciadas por Patxi Nicolau, del sindicato ESK, dan cuenta de la situación que viven los trabajadores de Osakidetza, que ayer estaban llamados a secundar una huelga en defensa de «una sanidad pública con recursos».

Las movilizaciones se repitieron en las tres capitales de la CAV y en el caso de Gasteiz, cientos de personas participaron en una marcha que partió a mediodía de Txagorritxu y finalizó casi dos horas después en el Hospital de Santiago Apóstol, donde tomaron la palabra Elena Gerenabarrena, del sindicato ELA, y Garibel Pérez, de Satse.

Este recordó que antes de la pandemia ya existía una sobrecarga de trabajo: «Soportábamos una Atención Primaria infradotada, un inaceptable nivel de eventualidad y precariedad, y graves carencias en materia de salud laboral». «En la actual situación el trabajo se ha multiplicado y esos recursos que no llegan son más necesarios que nunca, aunque para Osakidetza la solución haya sido seguir exprimiendo a la plantilla, que está ya muy cansada», añadió.

Falta de recursos

Esta opinión fue compartida por muchos de los asistentes a la manifestación, que criticaron la falta de recursos. En declaraciones a GARA, Edurne, enfermera en un centro de salud, denunció que se está destinando personal de Atención Primaria a labores de rastreo, sin cubrir las bajas con nuevas contrataciones.

En la misma línea se pronunció Miguel, un residente que se ve abocado a realizar labores que no le corresponden. Él y sus compañeros dan la cara «sin problemas» cuando se les requiere, solo esperan que ese esfuerzo extra «no se normalice» en un futuro. «No queremos seguir en esta situación», destacó antes de incidir en la situación que se da en Urgencias. Según explicó, muchos profesionales se han visto obligados a cogerse la baja a consecuencia del covid, bien por haberse contagiado o por ser un contacto estrecho. Y para paliar esas bajar Osakidetza echa mano de los residentes.

Una auxiliar que prefirió no dar su nombre también denunció que las bajas en los centros de salud no se cubren con nuevas contrataciones. Se pide a los propios compañeros que suplan a quien no puede ir a trabajar por estar enfermo o confinado.

Esta situación hizo que la de ayer fuese una huelga atípica. Los datos de Osakidetza sitúan la participación en el 3,31%, aunque Gerenabarrena afirmó que la incidencia fue «importante en los servicios en los que han podido hacer huelga, porque los servicios mínimos han sido abusivos». A este hecho se suma la situación provocada por el covid, que obligó a muchos facultativos a seguir trabajando sin descanso. «A pesar de la legitimidad de las reivindicaciones, tienen que seguir estando hay, que no pueden abandonar un puesto tan importante», indicó.