Nuestra vinculación como pueblo a la tierra que ha rodeado a lo largo de la historia a este es indiscutible. Amalurra, el mito de Mari, el basajaun y el trigo... cada esquina de Euskal Herria ha estado rodeada siempre de una fuerte vinculación con la naturaleza. En el caso de nuestro Athletic, la tierra precede a los mitos y es Lezama el germen bajo el que se han desarrollado nuestras cosechas de futbolistas. Lezama ha sido, es y será sin duda la verdadera fuerza de nuestro proyecto.

Cuando se puso en marcha el proyecto la intención era crear una escuela de talentos. Se trataba de centralizar los campos de entrenamientos para juveniles, Bilbao Athletic y primera plantilla masculina. Después, con una gran influencia inglesa al respecto, se intentó hacer crecer al club a través de la creación de las distintas categorías inferiores desde alevines hasta juveniles. Más tarde se sumó el Baskonia y la sección femenina que sigue hoy en día en pleno proceso de expansión.

Así surgieron los Urkiaga, Urrutia, Guerrero, Susaeta, Murua, Valdezate, Joana, Orueta hasta los actuales miembros de la primera plantilla masculina y femenina, que tienen en un altísimo porcentaje de su procedencia esta ya legendaria tierra de futbolistas. También los arquitectos que durante un tiempo tuvieron la responsabilidad de dirigirla o coordinarla junto con un elenco de entrenadores, preparadores físicos y fisioterapeutas que con el tiempo han dotado al fútbol de un prestigio y de una confianza en la cantera inigualable. Diversas generaciones de personas incluso de la misma familia como los Biritxinaga han formado parte de esta gran escuela.

Nuestra cantera ha sido además un lugar fundamental para el desarrollo en valores de los jóvenes vascos. Su importancia es vital para que más allá del fútbol se empapen de nuestra forma de entender la vida. Esta forma, vestida de rojo y blanco, no es más que la plasmación permanente de una filosofía única. No es más que la lucha constante porque el sentimiento Athletic nazca en nuestra casa, en nuestra cantera y permanezca hasta el final con cada una de las personas que ingresan en Lezama con la ilusión de vestir algún día la camiseta del Athletic.

Lezama es eso. Orgullo de pertenencia a una tierra, y fuego en las botas de sus futbolistas. Lezama es cantera. Lezama es historia pasada, presente y futura. Lezama es el pilar fundamental sobre el que se sustenta nuestro Athletic. Lezama es el lugar que convierte el fútbol en algo más cercano, más familiar. Cincuenta años no son muchos para el tiempo y los éxitos que quedan por delante. Lezama es la fuerza sobre la que caminamos los athleticzales. Zorionak Lezama eta aupa Athletic.