GARA
WASHINGTON

Alegato demócrata contra el «incitador en jefe» Trump

Los senadores demócratas que ejercen como fiscales en el juicio político contra Donald Trump detallaron ayer su alegato acusador afirmando que el expresidente de EEUU actuó como «el incitador en jefe» de la turba de seguidores a los que animó con sus arengas y tuits en el asalto al Capitolio. Los demócratas aseguraron que Trump pudo pararlo y no lo hizo. Los republicanos recurrieron a la «libertad de expresión» para defender al expresidente.

Donald Trump fue el «incitador en jefe» del asalto al Capitolio del 6 de enero, acusó ayer Jamie Raskin, el líder de los senadores demócratas que actúan como fiscales en la segunda jornada del juicio político que se lleva a cabo contra el expresidente de EEUU en el Senado.

La multitud fue «invitada y enviada por el presidente», afirmó Raskin en la sesión destinada a concretar las acusaciones. Las pruebas «van a demostrar que Donald Trump abandonó su rol de comandante en jefe para convertirse en incitador en jefe de una peligrosa insurrección», añadió.

El equipo de nueve legisladores demócratas de la Cámara Baja comenzó así su alegato formal contra el expresidente, acusado del cargo político de «incitación a la insurrección».

Raskin señaló que el proceso intenta evitar con su condena que futuros presidentes sigan su ejemplo y repitan unas acciones que el ahora exgobernante considera «totalmente apropiadas». «Lo vio en la televisión como un ‘reality show’. Se deleitó con él», aseguró el senador, para quien hubo «método en la locura ese día».

Los demócratas subrayaron que Trump pudo pararlo y sabía las consecuencias de sus palabras, pero «no hizo nada», salvo «enviar tuits que solo incitaron aún más a una multitud desenfrenada».

Como ya hicieron en la primera jornada, los demócratas proyectaron imágenes de seguridad del Capitolio que hasta ahora no se habían hecho públicas y que muestran la extrema violencia que emplearon los seguidores de Trump y lo cerca que estuvieron de los legisladores.

El representante por Colorado Joe Neguse otro de los encargados de presentar las pruebas acusatorias, mostró una recopilación de las tres frases que más repitió el expresidente las semanas previas, durante y después de las elecciones: «La gran mentira, paren el robo y lucha como el diablo para detener el fraude». A pesar de que el lunes seis republicanos votaron a favor de la constitucionalidad del juicio político a Trump –56 senadores frente a 44 confirmaron la constitucionalidad del proceso–, la cifra de 67 senadores que se necesita para condenar al expresidente todavía queda muy lejos, ya que deberían ser 17 los republicanos que votaran a favor de la condena para alcanzar la mayoría de dos tercios requerida.

El recurso de inconstitucionalidad era el primer instrumento de los republicanos para parar el juicio. La jornada del martes también comenzó con un vídeo en los que se intercalaban imágenes de la turba asaltando el Capitolio con las soflamas previas de Trump en un mitin celebrado a las puertas de la Casa Blanca ese mismo día.

Uno de los abogados de la defensa, Bruce Castor, apeló a la Primera Enmienda de la Constitución para justificar las palabras expresadas por Trump tanto el 6 de enero como los días previos, en los que se encargó de alimentar las teorías sobre fraude electoral.

Si bien Castor condenó las acciones de la turba, defendió que Trump no debía ser considerado responsable de las acciones de sus partidarios, para lo que esgrimió su derecho a la libertad de expresión.

El otro abogado, David Schoen, insistió en que se trata de un proceso inconstitucional en el que se evidencia las «claras» intenciones del Partido Demócrata por evitar que Trump pueda presentarse a las presidenciales de 2024. El exmandatario no parece estar muy contento con los argumentos usados por Castor, quien, sorprendentemente, elogió en su discurso a los promotores del juicio por una causa «bien hecha», y protagonizó un alegato deslavazado y a ratos incoherente, como si supiera que lo que pudiera decir no influiría en el resultado del proceso.

Tras el alegato demócrata llegará el turno de la defensa de Trump, quien se ha negado a testificar.

El juicio político podría terminar como pronto este mismo fin de semana, a no ser que se decida convocar a testigos, aunque a ambos partidos les interesa despachar rápidamente el tema.

Los disturbios dejaron cinco muertos y otros dos policías se suicidaron en las semanas posteriores.