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Kurti se prepara para gobernar Kosovo y prevé «un nuevo diálogo» con Serbia

La victoria del partido de Albin Kurti (Vetevendosje) en Kosovo sitúa a la formación nacionalista en el liderazgo del próximo Gobierno, pero obligada a lograr alianzas. Kurti ha situado la lucha contra la corrupción como prioridad, muy por delante del diálogo con Serbia.

Albin Kurti se encuentra en la mejor posición para liderar el próximo Gobierno de Kosovo tras el triunfo de su partido Autodeterminación (Vetevendosje, VV) en las legislativas, con el 48,2% de los votos. Como anticipó en la campaña, Kurti insistió en que su proyecto número uno será erradicar la corrupción que ha plagado Kosovo durante más de dos décadas.

Kurti ha recogido la indignación y las esperanzas de cambio tras el largo reinado de los partidos de los excomandantes de la rebelión independentista contra las fuerzas serbias, acusados de expoliar recursos públicos y nepotismo. Ayer anunció nuevas leyes contra la mafia y la riqueza ilícita y la revisión de los currículos de los fiscales, la Inteligencia y la Policía.

Con su nacionalismo acérrimo y su agenda izquierdista, Vetevendosje ha sido durante mucho tiempo una fuerza disruptiva en la escena política kosovar.

Sin mayoría absoluta, para gobernar tendrá ahora suficiente con pactar con alguno de los partidos que representan a las minorías, que tienen asignados 20 de los 120 escaños. Evitaría así repetir una coalición con los partidos herederos de la antigua guerrilla y que precipitaron la caída de su anterior Ejecutivo en 50 días. De convertirse en primer ministro también tendría que continuar un difícil diálogo con Serbia, después de haberlo rechazado en las calles.

Kurti subrayó ayer que este diálogo debe comenzar de nuevo sobre una base de reciprocidad e igualdad, sin ninguna inclinación a «compensar» a Belgrado por «las pérdidas causadas por el régimen de Milosevic» que, a su juicio, es lo que ha sucedido hasta ahora. Kurti acusa a Serbia de obtener las máximas concesiones mientras «promete un resultado que nunca llegará», en este caso, la promesa de reconocer a Kosovo.

Este conflicto sin resolver sigue siendo una fuente de tensión en la región y un obstáculo para los sueños de una UE tanto en Belgrado como en Pristina. Pero Kurti advirtió de que las conversaciones con Serbia no son una prioridad en su agenda. «El diálogo ocupa el sexto o séptimo lugar para los ciudadanos de Kosovo. Nuestra prioridad es la justicia y el empleo».

El que fuera también activista contra la injerencia externa con una ardorosa retórica antioccidental tendrá que lidiar además con las exigencias de la UE para la incorporación al club comunitario.