GARA
LONDRES

Las elecciones en Inglaterra ponen a prueba al líder laborista

Las elecciones municipales y regionales en Inglaterra, que se celebran hoy junto a las legislativas de Escocia y Gales, se presentan como un desafío para el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, ante las encuestas que anticipan un avance de los conservadores en el llamado «muro rojo».

Lo habitual es que el partido en el poder sufra un revés en los comicios locales, pero el viento sopla a favor del primer ministro, Boris Johnson, gracias sobre todo a la exitosa campaña de vacunación contra la covid-19, así que el laborismo teme una nueva debacle.

Si ya en las generales de 2019 los laboristas sufrieron un cataclismo, con sus peores resultados en casi un siglo –que costaron el puesto a su entonces líder Jeremy Corbyn–, las perspectivas no eran halagüeñas a solo unas horas del «superjueves» electoral.

La confluencia de comicios hoy se debe al aplazamiento de varias convocatorias en 2020, con lo que las municipales coinciden con las legislativas en Escocia y Gales y con la votación para reemplazar a un diputado que dimitió de la Cámara de los Comunes.

Starmer, prudente

Precavido, Starmer ha optado por rebajar las expectativas para que los malos resultados no amenacen su liderazgo. Pese a que sus inicios le dispararon en los sondeos, ha sufrido un paulatino desgaste que ha minado su credibilidad como alternativa a Johnson.

Acusado de no tener una línea ideológica clara, se enfrenta también al rechazo de parte de las bases y del sector más izquierdista del laborismo, resentidos con el trato que dispensó a Corbyn cuando una investigación interna determinó su complacencia con el antisemitismo en el partido.