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PARÍS

Nueva Caledonia votará de nuevo el 12 de diciembre

El tercer referéndum de independencia de Nueva Caledonia tendrá lugar el 12 de diciembre, según anunció ayer el ministro francés de Ultramar, Sébastien Lecornu, tras una serie de negociaciones que han tenido lugar en París. La fecha no ha sido bien acogida por los independentistas, que consideran que beneficia más a los gestores del Estado francés ante las inminentes elecciones presidenciales que se celebrarán en la primavera de 2022.

Los electores de Nueva Caledonia, un territorio bajo administración francesa en proceso de descolonización, votarán por tercera vez sobre su independencia el próximo 12 de diciembre, después de los dos referendos en los que ganaron por escaso margen quienes rechazan esa opción.

La fecha fue anunciada ayer por el ministro francés de Ultramar, Sébastien Lecornu, quien dijo en conferencia de prensa que se había optado por organizarlo «lo más rápidamente posible», tal y como habían pedido los grupos independentistas. El anuncio se ha producido tras una semana de negociaciones entre unionistas, independentistas y Gobierno en París.

Lecornu reconoció que esta fecha entraña el riesgo de que el debate sobre el futuro de Nueva Caledonia, donde viven poco más de 270.000 habitantes, «sea instrumentalizado» con fines políticos de cara a las elecciones presidenciales francesas que se celebrarán en la primavera de 2022.

Pero insistió en que la voluntad del Estado francés, además de «facilitar el diálogo entre las comunidades opuestas por la cuestión de la independencia», es «ofrecer claridad sobre el proceso» que debe conducir a ese tercer referéndum y sobre lo que vendrá después.

El ministro francés avanzó al respecto que sea cual sea el resultado de la consulta del 12 de diciembre habrá una cuarta para la que se ha fijado un periodo que irá desde esa fecha hasta el 30 de junio de 2023.

En caso de que gane la independencia de Nueva Caledonia, ese periodo serviría para preparar la Carta Magna del nuevo estado independiente que debería ser ratificada por sus habitantes, y también para clarificar qué tipo de vínculos mantendría con el Estado francés.

Si triunfa el mantenimiento de Nueva Caledonia en el Estado francés, ese tiempo se utilizará para proceder a una reforma de las instituciones y «para decidir un nuevo futuro para ese territorio».

En el primer referéndum, celebrado en 2019, quienes se oponen a la independencia consiguieron el 56,7% de los sufragios; en el segundo, en 2020, el 53,3%.

El proceso de descolonización de Nueva Caledonia está pautado por los conocidos como Acuerdos de Nouméa, suscritos en 1988 y 1998, que ya contemplaban la organización de tres consultas sobre la independencia del territorio.

Malestar independentista

Unión Caledonia (UC), único integrante del independentista FLNKS presente en las conversaciones con el Estado francés, recordó ayer que «la posición del Estado no nos compromete. No ha sido validada por nuestra delegación».

Para Victor Tutugoro, uno de los líderes de la Union Nacional por la Independencia (UNI), que no ha estado presente en las últimas negociaciones, la fecha del 12 de diciembre es «una opción que no deseamos».

«Consideramos que durante el periodo que se ha escogido no habrá nadie a tiempo completo en los ministerios o en el Gobierno para poder debatir sobre los resultados, porque estarán en campaña», declaró a la televisión Caledonia.

El senador unionista Pierre Frogier (LR) presionó la pasada semana al Gobierno francés al declarar que no participaría en las negociaciones si París no fijaba una fecha. «En la medida en que este referéndum no tenga lugar lo antes posible, es decir, antes de las elecciones presidenciales, se podrá decir que el Gobierno habrá basculado al campo independentista», proclamó, mientras Christian Jacob, líder del partido gaullista, se felicitaba por la decisión adoptada por París.

Las negociaciones comenzaron el 26 de mayo y han mostrado a los dos campos que tendrán que hacer frente a consecuencias prácticas sea cual sea el resultado. Aunque se consiga un nuevo rechazo a la independencia, será preciso que los actores políticos reinventen el futuro de las instituciones y sus relaciones con el Estado francés, que actualmente están fijadas por los Acuerdos de Nouméa, que decaerán tras el tercer referéndum.