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BARCELONA

Sánchez, Aragonès y Junqueras preparan la pista para los indultos

El presidente español, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat, Pere Aragonès, se encontraron ayer por vez primera públicamente después de que este último fuera investido. Sánchez abogó por abandonar «revanchas y apostar por las soluciones». En el aire flotaban los futuros indultos a independentistas presos.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat, Pere Aragonès, escenificaron ayer su apuesta por abrir una nueva etapa para resolver el conflicto de Catalunya, el mismo día en que el líder de ERC, Oriol Junqueras, dio su visto bueno a los indultos y reiteró la preferencia por un referéndum pactado.

Tras un primer contacto telefónico el viernes pasado y a la espera de fijar una reunión formal para este junio en la Moncloa, que servirá de antesala para la reactivación de la mesa de diálogo entre Gobiernos, Sánchez y Aragonès coincidieron en Barcelona por primera vez desde la investidura del republicano, durante un acto de la principal patronal catalana, Foment del Treball.

El primero en llegar a la sede de los empresarios –a menos de 500 metros del Palau de la Generalitat– fue Aragonès, y minutos más tarde lo hizo Sánchez. Ambos estuvieron acompañados por el presidente de la patronal, Josep Sánchez Llibre.

Aunque el primer saludo fue lejos de los focos, apenas cinco minutos en una de las salas de Foment y con otras personas delante, los dos presidentes lo repitieron luego ante las cámaras, chocando sus puños.

«Posturas maximalistas»

En su discurso, que empezó con un «estimado Pere», Sánchez reclamó que se aparquen «posturas maximalistas» para que las diferencias «no se transformen jamás en parálisis, atraso y enfrentamiento» y, de este modo, buscar acuerdos que permitan avanzar hacia el «reencuentro» y recuperar «la concordia» en Catalunya.

«Hemos vivido demasiado tiempo encerrados en posiciones estrechas, en callejones sin salida. No podemos seguir así, ha llegado el momento de dar pasos que nos permitan de una vez por todas avanzar y hacerlo con decisión, con serenidad y con un enorme sentido de justicia, buscando en todo momento el beneficio, la tranquilidad, la paz y la convivencia del conjunto de la ciudadanía por encima de la pequeñez de los intereses partidistas», apuntó.

«Normalidad»

Por su parte, Aragonès elogió los «pasos» dados hasta ahora por el Gobierno de Madrid, que «nunca antes se había reconocido la necesidad de abordar la resolución de un conflicto de esta naturaleza».

El president apuntó que «estos días se ha hablado muy a menudo de la necesidad de iniciar una etapa de normalización política. Cuando se dice que algo se tiene que normalizar es que partimos de una situación que no es normal. No es normal que haya presos políticos y exiliados y que Catalunya no pueda decidir su futuro». Aragonès estimó que toca «afrontar una nueva etapa, poner soluciones sobre la mesa y escuchar todas las propuestas, con igual respeto y consideración».

Sin mencionarlos expresamente, en el ambiente flotaba la cuestión de los indultos a los dirigentes independentistas que permanecen encarcelados por su implicación en el referéndum de 1-O. Uno de estos presos, el líder de ERC Oriol Junqueras, dio su visto bueno a los indultos al admitir, en una carta publicada ayer en el diario “Ara”, que esta medida podría «aliviar el conflicto, paliar el dolor de la represión y el sufrimiento de la sociedad catalana».

Junqueras subrayó en su texto que la amnistía es la mejor solución, pero que «cualquier gesto en la línea de la desjudicialización del conflicto ayuda a poder recorrer este camino».

El dirigente republicano reiteró que la mejor vía para la independencia es la escocesa, con una consulta pactada, porque es la que genera más reconocimiento internacional. «Sabemos que otras vías no son viables ni deseables en la medida que, de hecho, nos alejan del objetivo que hay que alcanzar», escribió.

La portavoz de ERC, Marta Vilalta, matizó posteriormente que esto no implica una «renuncia» a «ninguna vía democrática», sino que se «prioriza» el diálogo para conseguir un referéndum pactado.

Junts subraya que «no podemos descartar caminos»

Junts es el socio de ERC en el Govern, así que las miradas también se centran en su posición sobre estos asuntos. Su vicepresidenta, Elsa Artadi, descartó que el encuentro entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès suponga algún «punto de inflexión. Habrá que ver si el Gobierno quiere que tenga recorrido a través de un diálogo y una negociación real y sincera».

En cuanto a la carta de Oriol Junqueras, remarcó que el independentismo tiene la obligación de explorar todas las vías y «no descartar ninguna». Reconoció que la vía de un referéndum negociado sería el camino más fácil, pero recordó que a día de hoy «las vías las marca el Gobierno español».

Así, subrayó que el referéndum del 1-O fue una acción unilateral «y, hasta dónde sé, el independentismo no renuncia al 1-O, todo lo contrario, porque es la gran victoria del independentismo. No podemos descartar caminos», insistió Artadi.GARA