El próximo presidente de Irán, el recién elegido Ebrahim Raisi, va a encontrarse con la negociación sobre el acuerdo nuclear que limita la capacidad atómica del país, prácticamente acabada, lo que significa que podría disfrutar de un mandato en el que se levanten las sanciones económicas sobre el país persa.

El principal negociador iraní y viceministro de Exteriores, Abas Araqchi, aseguró ayer que en la presente ronda de conversaciones han logrado buenos avances y están «más cerca que nunca» de llegar a un acuerdo. «Casi todos los documentos del acuerdo está listos», indicó en el último día de esta ronda negociadora.

Irán y las cinco potencias parte del acuerdo nuclear de 2015 (Alemania, China, Estado francés, Gran Bretaña y Rusia) celebraron ayer en Viena la primera reunión después de la elección del ultraconservador Ebrahim Raisi como próximo presidente de la República Islámica. EEUU, que abandonó el pacto en 2018, participa de forma indirecta.

Según el representante iraní, los principales temas en desacuerdo se han resuelto y en los que todavía no se ha hallado una solución se han logrado por lo menos avances.

A su juicio, es la otra parte, es decir, EEUU, quien debe tomar ahora «su decisión final». Tras la retirada de Washington, Irán empezó a ignorar parte del acuerdo nuclear, sobre todo en cuanto a la producción y pureza del uranio enriquecido, del que se ha alcanzado un nivel del 60%. El presidente de EEUU, Joe Biden, exige que Irán cumpla estos puntos del pacto antes de volver, mientras que Teherán condiciona este paso a la eliminación previa de las sanciones estadounidenses.

Enrique Mora, el diplomático que coordina los contactos en nombre de la UE, aseguró también que «estamos más cerca de un acuerdo, pero todavía no lo tenemos». Igualmente, el negociador ruso, Mijail Ulianov, se mostró muy optimista y consideró que el acuerdo final podría llegar a mediados de julio, pero advirtió de que depende de decisiones políticas ya que el camino de la diplomacia está cerca de agotarse. Raisi, que ignoró la baja participación en las elecciones prometió ayer formar un gobierno «trabajador, revolucionario y anticorrupción», refiriéndose el segundo término al estricto cumplimiento de los principios del sistema teocrático del país.