EDITORIALA
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El virus es imprevisible, los Gobiernos no lo son

Una de las certezas que nos deja año y medio de pandemia es que en esta materia es mejor no dar nada por seguro. Siendo una enfermedad nueva, provocada por un virus desconocido hasta entonces por el ser humano, el covid-19 encontró terreno abonado para su transmisión en los primeros meses, pero luego su expansión ha fluctuado en función de las medidas preventivas, de la presión creciente de las vacunas, de la capacidad infecciosa de las nuevas variantes y de otros factores, suficientemente incontrolables para andar siempre con pies de plomo. El rápido aumento de los contagios en estas semanas dan la medida de hasta qué punto es arriesgado hacer previsiones y fiarlo todo a ellas.

Aunque las vacunas estén ayudando a encauzarla, y de qué forma, esta crisis sanitaria sigue siendo impredecible. Todo lo contrario que las instituciones que deben atajarla. En este sentido, entraba dentro de lo previsible que el Gobierno de Iruñea diera marcha atrás en la desescalada ante el abrumador número de casos, aunque los datos de este fin de semana indican que quizá no haya sido suficiente, y tampoco causó sorpresa que el LABI decidiera el miércoles no alterar nada. Tocar lo menos posible y actuar siempre a rebufo de la pandemia, sin anticiparse, está siendo el modo de funcionar de Lakua, con los resultados conocidos.

Iñigo Urkullu dijo que no contemplaba la opción de que la incidencia acumulada pudiera asentarse por encima de los 300 casos este verano. Sin embargo, es posible que esa marca sea superada en las próximas horas. Un nuevo fallo de cálculo en el haber del Ejecutivo. Pero más preocupante que el error es que la secuencia pone de relieve la falta de reflejos del lehendakari y de su equipo. Cuando compareció ante los medios la incidencia se hallaba en 203 casos, se había doblado en diez días y la tendencia era ascendente. Pero no cambió el guión. La pregunta ahora es si esperará quince días para hacerlo, si se fiará de las previsiones sobre la presión asistencial, relativamente baja, o si por una vez optará por prevenir para no tener que lamentar.