El primer ministro interino de Haití, Claude Joseph, anunció ayer su dimisión y dejará el cargo en manos de Ariel Henry, que había sido nombrado por Jovenel Moise, el presidente que murió tiroteado.

Después de varios días de discusiones, ambos acordaron la formación de un nuevo Gobierno, en el que Joseph mantendrá la cartera de Exteriores y que se enfrentará a una grave crisis institucional, social y de seguridad.

Joseph y Henry, que tras el magnicidio, se disputaban el puesto de primer ministro habían multiplicado sus reuniones de trabajo durante los últimos días para debatir la formación de un nuevo Ejecutivo, pero, por el momento, nadie sustituirá a Moise. Este había designado a principios de julio a Henry como nuevo primer ministro para sustituir Joseph, pero no había llegado a jurar el cargo.

El nuevo Gobierno tendrá que convocar elecciones generales lo antes posible, ya que tampoco hay Parlamento electo. Moise gobernaba por decreto desde hace más de un año.

Henry se ha beneficiado del apoyo de un grupo de embajadores de Alemania, Brasil, Canadá, Estado español, EEUU, Estado francés y la UE, así como la Especial Representante de la OEA y el Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas, lo que ha inclinado la balanza a su favor.

Estos embajadores pidieron «la formación de un Gobierno consensuado e inclusivo» y alentaron «encarecidamente al primer ministro designado Ariel Henry a continuar la misión que se le ha confiado para formar dicho Gobierno».

Será la tercera etapa al frente de un Ministerio de Ariel Henry. Fue titular de Interior en 2015 y, después, de Asuntos Sociales y Trabajo, desde setiembre de 2015 a marzo de 2016.

Paralelamente a la preparación del funeral de Moise, continúa la investigación sobre su muerte. La Policía haitiana arrestó a una veintena de mercenarios colombianos y afirma haber descubierto un complot organizado por un grupo de haitianos, que reclutaron al comando gracias a una empresa de seguridad colombiana.

Pero quedan muchos aspectos oscuros por aclarar, especialmente sobre la posible complicidad entre las autoridades haitianas, lo que explicaría la aparente facilidad con la que el comando llevó a cabo su misión.