Una jueza de Brasilia ha rechazado la denuncia presentada por la Fiscalía contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva por un supuesto caso de corrupción en torno a una casa de campo.

Este proceso fue tramitado en Curitiba por el entonces juez Serio Moro, que declaró a Lula culpable de recibir a modo de soborno una casa de campo en Atibaia. El fallo fue anulado en marzo pasado por la Corte Suprema, que ordenó reiniciar el juicio en tribunales de Brasilia y le restituyó todos los derechos que había perdido en 2018. La decisión fue extensiva a otros tres casos juzgados por Moro, que en total condenó a Lula a casi 26 años de prisión, de los cuales el expresidente llegó a cumplir 580 días en prisión.

La Corte Suprema aceptó la apelación de Lula y sentenció que Moro no tenía competencia sobre esos casos, pues excedían los límites de una trama de corrupción en estatal Petrobras.

El sábado, la jueza Kelly Alves publicó una resolución en la cual rechazó la denuncia que la Fiscalía volvió a formular contra Lula por la casa de Atibaia pues consideró «insuficientes las pruebas», que no llegan a configurar lo que definió como «justa causa» para reabrir el caso.

El inmueble, según la acusación, le habría sido entregado a Lula por empresas supuestamente favorecidas con contratos amañados.

Según la defensa de Lula, «ha quedado probado que no había causas mínimas» para procesarle y el fallo «entierra otro caso que había usado para perseguir al expresidente» e «impedir» su candidatura a las elecciones de 2018, ganadas por Jair Bolsonaro.