Javier MARTÍN (EFE)
EL AAIÚN

Tres décadas de un alto el fuego que Rabat «aprovechó para reforzar la ocupación»

En el 30 aniversario del alto el fuego que firmaron Rabat y el Frente Polisario y que este dio por roto en noviembre tras la incursión de tropas marroquíes en Guerguerat, el líder saharaui Mohamed Sedati exige renegociar otra tregua y la celebración del referéndum.

Un día como ayer hace 30 años, el Frente Polisario y Marruecos firmaron un alto el fuego que incluía la celebración de un referéndum de autodeterminación y la creación de la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental (Minurso), cuerpo encargado de organizar la consulta, que debería haberse celebrado en 1992.

Sin embargo, Rabat maniobró para incluir tanto a algunas tribus del norte del Sahara como a numerosos colonos, a lo que se opuso la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).

En 1997, el ex secretario de Estado de EEUU, James Baker, enviado especial de la ONU para el Sahara, aceptó algunas de las reclamaciones sobre el censo exigidas por Marruecos y lanzó un nuevo plan que preveía votar un año después. «Allí fue cuando empezó esa política que podemos llamar de guerra de desgaste contra este plan de paz de Naciones Unidas», subraya a Efe Mohamed Sedati, dirigente del Frente Polisario y uno de los participantes en la negociación que culminó en dicho acuerdo.

Con la perspectiva que dan estas tres décadas, denuncia que Rabat aprovechó este marco para «reforzar las herramientas de ocupación y expolio de los recursos naturales saharauis».

«Una política de hechos consumados que buscaba modificar la situación sobre el terreno. Y vaciar el proceso de su esencia y debilitar a la Minurso para que la consulta se diluyera», remarca Sedati, embajador saharaui en París. El éxito de esta estrategia marroquí y del fracaso de la ONU se reflejan, añade, en el enfrentamiento armado que comenzó el pasado mes de noviembre en Guerguerat, una zona desmilitarizada que separa Mauritania de las zonas ocupadas por Marruecos. Soldados marroquíes penetraron para desmantelar una sentada de civiles saharauis que protestaban contra el uso comercial que Nuakchot y Rabat hacen de esa zona. Un día después, el Frente Polisario dio por roto el alto el fuego. «Que la ONU no reaccionara a la fragante violación en Guerguerat o que hasta ahora no se haya designado un nuevo enviado especial prueban que este alto el fuego se había convertido, junto a la Minurso, en un hecho consumado que le permite a Marruecos mantener su ocupación ilegal. Si la ONU quiere reimplicarse de nuevo en el Sahara , el primer objetivo es clarísimo: tiene que reconsiderar el alto el fuego, que incluía la autodeterminación del pueblo saharaui», concluye Sedati.