Demócratas y republicanos llegaron ayer a un acuerdo en el Senado de EEUU para evitar que el país incurra en una suspensión de pagos de su deuda nacional por primera vez en su historia, a once días de que se produzca ese desastre.

Sin embargo, el acuerdo es solo un parche, ya que suspende el techo de endeudamiento hasta el 3 de diciembre, pero no ofrece una solución permanente, como querían los demócratas.

El arreglo llega después de que el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, hiciera la víspera a los demócratas una «oferta que no podían rechazar». En concreto, dijo estar dispuesto a levantar el techo de endeudamiento durante dos meses –como finalmente ha ocurrido– y avisó de que si se rechazaba su propuesta se desataría el caos en los mercados y EEUU se encaminaría hacia una crisis económica sin precedentes.

El acuerdo despertó una respuesta tibia en la Casa Blanca. Según su portavoz adjunta, Karine Jean-Pierre, «es un paso positivo y nos da espacio para respirar».