Amparo Lasheras
Periodista
AZKEN PUNTUA

De realidades y añoranzas

Cada vez que abro el periódico y me encuentro con titulares como los que esta semana confirmaba la EPA (Encuesta de Población Activa) más que tristeza, que también, me embarga algo así como un impulso de rebeldía social que busca desesperadamente una respuesta contundente que nunca llega. 137.400 personas en paro en Euskal Herria, 3.000 más que el trimestre pasado, siendo los jóvenes y los y las paradas de larga duración los que se llevan la peor parte en una situación que en Araba eleva la tasa de paro a un 11,44%. Aunque me repita y alguien se aburra, insisto en la idea de que, detrás de los datos, se esconde una realidad humana y social abocada a la pobreza estructural, o para que se entienda mejor, cotidiana, es decir, que ni se ve, ni se combate, que existe sí, pero siempre en la vida de otros y nunca en la agenda prioritaria del hacer político ya sean neoliberales o progresistas. El jueves los pensionistas exigieron a las fuerzas del Parlamento Vasco que tomen un «posicionamiento activo» ante sus reivindicaciones. Tres años llevan recorriendo las calles y como si nada. Nadie escucha. Y eso que según el Eustat, en la CAV, 22.710 personas mayores de 65 años viven en riesgo de pobreza severa. Disculpen lo políticamente incorrecto, pero en días así, una añora aquellos proyectos que hablaban con la fuerza revolucionaria de cambiar este pequeño país.