Koldo LANDALUZE
Donostia
MARGUERITE DE CARROUGES, HILDEGARDA DE BINGEN Y BENEDETTA CARLINI

TRES MUJERES EN TIEMPOS DE OSCURIDAD Y SILENCIO HISTÓRICO

Marguerite de Carrouges, Hildegarda de Bingen y Benedetta Carlini representan tres episodios desconocidos y escenificados en tiempos de silencio para las mujeres. Tres vivencias que han sido recordadas recientemente en cine y literatura.

Ambientada en la Baja Edad Media francesa, la recién estrenada película de Ridley Scott “El último duelo” otorga un claro protagonismo a Marguerite de Carrouges, quien, tras ser violada, tuvo que enfrentarse a un tortuoso proceso judicial para demostrar la veracidad de su acusación. La base argumental del filme se encuentra recogida en “The last duel: a true story of trial by combat in medieval France”.

En su ensayo, Eric Jager nos sitúa en 1386, pocos días después de Navidad. El rey de Francia, Carlos VI, y su corte, se congregó en un monasterio de París para presenciar el  que sería el último juicio por combate que enfrentó al caballero Jean de Carrouges y al escudero Jacques Le Gris, dos afamados guerreros. Solo unos meses antes, a su regreso de una campaña en Escocia en plena guerra de los Cien Años, Carrouges fue informado de la brutal violación sufrida por su esposa a manos del que había sido su amigo y compañero Le Gris, que negó la acusación.

De Carrouges llevó su pleito al Parlamento de París, que ordenó un juicio por combate porque nadie creyó el testimonio de Marguerite de Carrouges. Así, se determinó que el caballero y el escudero lucharían a muerte en una lid que demostraría quién mentía y quién decía la verdad. No obstante, si vencía Le Gris, la mujer sería ejecutada por haberlo acusado de manera injustificada.

La actriz Jodie Comer ha sido la encargada de dar vida a Marguerite de Carrouges en este relato histórico que, en su opinión, continúa estando plenamente vigente tal y como indicó durante la presentación del filme. Según Comer, «las mujeres siguen luchando para tener autonomía sobre sus cuerpos».

En relación a los episodios narrados en “El último duelo”, Comer destacó que «la principal singularidad de esta historia en la que la víctima es la señalada, no es que se consideró que el crimen se hubiera cometido contra ella, sino contra el honor de su esposo».

 

Hildegard de Bingen

Hildegarda de Bingen fue muchas cosas en un tiempo oscuro. Monja, escritora, compositora, visionaria, sexóloga, naturista, médica y declarada santa. Nacida en la localidad alemana de Bermersheim en 1098, también fue una mujer singular en cuestiones vitales ya que murió con 81 años, muy inusual en la Edad Media. Otra de las particularidades que rodearon a esta mujer la encontramos en su obra escrita, entre las cuales figura ‘Causa et Curae’. Este tratado la define como la primera sexóloga de la historia al haber puesto de manifiesto, mediante descripciones, la existencia del orgasmo femenino.

La escritora alemana Anne Lise-Marstrand Jorgensen ha publicado recientemente “Hildegarda”. Editado por Lumen, esta biografía novelada es, en opinión de su autora, «una obra destinada a recuperar la figura de una mujer increíble del siglo XII. Además de describir el orgasmo femenino, se dirigió a los hombres para recordarles que las mujeres necesitan placer para que su relación sexual fuera positiva, no solo a nivel físico, sino también espiritual».

También conocida como ‘la sibila del Rin’, Hildegarda de Bingen aportó con sus escritos diferentes cuestiones que ponían de manifiesto la dureza de una época en la que las mujeres siempre se llevaban la peor parte. Para la escritora Anne Lise-Marstrand Jorgensen, «a pesar de sus escritos, a Hildegarda no se la podría considerar feminista. Era una mujer muy conservadora y siempre siguió los mandatos eclesiásticos de manera bastante rigurosa. Pero curiosamente, hoy la podríamos encontrar defendiendo los conceptos feministas».

En su exposición, la autora subrayó que «necesitamos saber que ha habido mujeres en tiempos medievales que tuvieron una vida como la de ella, que hizo tantas cosas y que hoy son referentes. Es reconfortante saber que había mujeres así en esa época».

Hildegarda de Bingen nació en el seno de una familia noble. Sus padres la entregaron a la Iglesia a la edad de diez años. En realidad, sus padres nunca imaginaron que la niña alcanzara los 80 años debido a que siempre tuvo una salud muy frágil. A muy temprana edad, Hildegarda de Bingen confesó a su madre que tenía visiones y lo hizo mientras hablaba con una misteriosa luz y observaba, de manera casi obsesiva, la naturaleza que la rodeaba.

Durante la presentación de “Hildegarda”, su autora también subrayó que «no he querido construir una biografía al uso. He querido meterme en ella, observar a través de su mirada. Una de las cosas que más me llamó la atención es que una niña que tiene un mundo de palabras, una visión amplia del mundo, no pudiera compartir sus experiencias con otros, que se las reprimieran y que le impusieran el silencio. Tiene que ser muy doloroso, y eso es lo que le pasó».

Una de las experiencias más interesantes relativas a la creatividad de De Bingen la encontramos en el proyecto musical compartido por el cineasta David Lynch y la compositora Jocelyn Montgomery, los cuales unieron sus talentos en 2009 para grabar los escritos musicales de esta mujer en el disco “Lux Vivens”, que recogió sus composiciones, inspiradas en su visión integral del cuerpo.

Anne Lise-Marstrand Jorgensen añadió en sus conclusiones que «cuesta creer que una mujer hablara de la integración del cuerpo, la mente y el alma en la Edad Media. Toda esa filosofía de integración y el equilibrio entre la vida personal, profesional e incluso espiritual, y esa mirada interior para dar un sentido al mundo exterior, es para mí lo más importante, además de su música y sus visiones».

En el año 2009, la cineasta Margaret von Trotta dirigió “Visión. La historia de Hildegard von Bingen”, un filme en el que resaltó el aspecto feminista sobre el religioso de Hildegarda de Bingen, su fuerte personalidad frente a las presiones recibidas por los distintos estamentos del poder. Una recreación de una época que se alejaba de los temores milenaristas y en la que predominan las luces y sombras de una mujer y de un entorno de privilegios durante la Edad Media.

 

Benedetta Carlini

La última película de Paul Verhoeven, “Benedetta”, está basada en una historia real recogida en el libro de Judith C. Brown titulado “Sor Benedetta, entre santa y lesbiana”, un ensayo académico sobre las acusaciones vertidas por la Iglesia sobre Benedetta Carlini, una monja mística y lesbiana que vivió en la Italia de la Contrarreforma, durante los siglos XVI y XVII. En 1986, la propia Judith C. Brown relató su vida en “Actos impúdicos”.

Si nos atenemos a las crónicas, descubrimos que Benedetta Carlini nació en una familia de clase media italiana, que pudo comprarle una plaza en el Convento de la Madre de Dios en Pescia. A la edad de 30 años, ya ejercía como abadesa y comenzó a experimentar diversas visiones en las que los hombres trataban de matarla. Una investigación dirigida desde el Vaticano sacó a la luz la relación que compartían Carlini y otra monja del convento llamada Bartolomea. Esta joven afirmó que la hermana Benedetta la obligaba a hacer el amor con ella y ambas experimentaban las epifanías místicas descritas por su superiora.

Judith Brown es historiadora de la Universidad de Stanford y descubrió las vivencias de Benedetta Carlini mientras investigaba los archivos estatales de Florenciaria relacionados con la economía de la región y el gobierno de los Medici. En su ensayo, Brown expuso que Carlini fue una fuente de intereses políticos y económicos. En un primer momento, los funcionarios de la iglesia local se frotaron las manos viendo la fuente de poder y publicidad que generaba aquella monja visionaria que realizaba milagros, lo que podría derivar en su santidad. Posteriormente, la jerarquía eclesiástica quiso distanciarse del fomento del misticismo personal y estaba más a favor de reprimir el éxtasis. La autoridad eclesiástica realizó cuatro visitas al convento y fue en la última cuando se determinaron los testimonios sexuales ‘pecaminosos’ que dictarían su sentencia. Benedetta Carlini fue despojada de su puesto como abadesa y mantenida bajo vigilancia durante los 35 años restantes de su vida en su monasterio. Murió en 1661.

 

LAS «HIJAS DE EVA» TAMBIÉN SE REAFIRMARON EN LA EDAD MEDIA

La Edad Media ha sido señalada como una época muy difícil para las mujeres, sin embargo la publicación de ensayos como “Mujeres silenciadas en la Edad Media”, de Sandra Ferrer y editada por Punto de Vista, nos descubren un legado fascinante. Cristina de Pizán, Hildegarda de Bingen, Sabine von Steinbach, Jacoba Félicié, Beatriz de Día, María de Francia, Matilde de Magdeburgo, Catalina de Siena, Brígida de Suecia, Alice Kyteler y Gertrudis de Hefta son algunas de las protagonistas de este libro firmado por una autora cuya bibliografía incluye, entre otras, obras como “Pioneras del feminismo” y “El papel de las mujeres en la historia de la humanidad”.

Según explicó la autora «el escenario medieval es apocalíptico y la mujer dio la solución a muchas de las preguntas sin respuesta. Porque si la naturaleza era un universo desconocido en muchos de sus aspectos por los hombres, la mujer también lo era».

Ello llevó a crear en la sociedad medieval una idea negativa de la mujer «los hombres forjaron la imagen de Eva y la esculpieron en capiteles, claustros y portaladas, junto a la serpiente y la manzana, para dejar constancia de lo que eran». K. LANDALUZE