EDITORIALA
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Lección de las fuerzas políticas de Nafarroa

El debate sobre el estado de Nafarroa terminó ayer con la aprobación de 10 de las 21 propuestas de resolución presentadas por los grupos políticos. Del modo en el que ha transcurrido uno de los debates más importantes del curso da cuenta el hecho de que entre las resoluciones aprobadas haya propuestas de todos los grupos. La excepción es Navarra Suma que, además de mantener un discurso rancio, anclado en el pasado, tampoco apoyó ninguna iniciativa del resto de grupos.

Además del tono del debate, en Nafarroa destaca la capacidad de negociación y acuerdo logrado por la mayoría de las fuerzas políticas. Recientemente, por ejemplo, PSN y EH Bildu acordaron una modificación del sistema de financiación municipal para reforzar la suficiencia de recursos de los municipios más pequeños. Esta actitud dialogante y proclive al acuerdo también ocurre en Ipar Euskal Herria, pero no en la CAV. Además de con la aritmética parlamentaria, es posible que esa diferencia tenga que ver con el modo en que María Chivite, Jean-René Etchegaray e Iñigo Urkullu entienden el liderazgo: más abierto y colaborativo los primeros, más personalista el último. Posiblemente no sea el único aspecto que explique ese talante negociador. Cuando los proyectos políticos tienen unos contornos bastante definidos resulta más sencillo acordar con otras fuerzas, porque todas las partes implicadas entienden el sentido de los pactos y no les atenaza el miedo a perder su base social. Sin embargo, si los contenidos programáticos son más difusos y mantenerse en el poder se convierte en la principal prioridad, cualquier iniciativa de la oposición se ve como una amenaza, lo que limita mucho las posibilidades de alcanzar compromisos.

La construcción de Euskal Herria necesita de liderazgos abiertos y colaborativos, pero también de proyectos políticos definidos sobre los que se puedan tejer acuerdos de calado entre diferentes fuerzas. Es indudable que, en estos aspectos, los partidos en Nafarroa están esforzándose en hacer una política de más altura, eficaz y constructiva.