EDITORIALA

Progreso e involución, frente a frente en Chile

Los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Chile han sacudido con fuerza el panorama político del país austral. Con una participación que no alcanza la mitad del censo –similar a la de otros procesos electorales–, el abogado ultraderechista José Antonio Kast ha logrado el 27% de los votos. En la segunda vuelta se enfrentará a Gabriel Boric, que cuenta con el 25% de los sufragios. Boric, un líder de las revueltas estudiantiles, representa a una nueva plataforma de izquierdas Apruebo Dignidad, formada por el Frente Amplio y el Partido Comunista. El domingo, asimismo, se votó para elegir a 27 senadores de los 50 que integrarán el Senado y a los 155 diputados del Congreso. Todo apunta a que en ninguna de las dos cámaras habrá mayorías claras.

La estrecha diferencia entre los dos candidatos deja todo abierto para la segunda vuelta. Sin embargo, el resultado del domingo ya tiene algunas consecuencias. En primer lugar, confirma la desaparición de las opciones tradicionales de derecha y centro izquierda que han gestionado el país desde el final de la dictadura en 1990. El triunfo de Kast, un admirador de Pinochet y Bolsonaro, autoritario, misógino, xenófobo, católico conservador y ultraliberal en lo económico, refuerza el auge de esa derecha reaccionaria que avanza en todo el mundo. Es posible que ese fortalecimiento sea también consecuencia de la reacción ante la revuelta social contra el neoliberalismo, las injusticias, la constitución y la clase política tradicional que terminó con la puesta en marcha del actual proceso constituyente. Kast ya ha dicho que tratará de que la nueva constitución no sea aprobada en el plebiscito de salida.

La gran revuelta social y el posterior proceso constituyente fueron el principio del fin del modelo neoliberal chileno. Estas elecciones han mostrado que las fuerzas de la reacción están dispuestas a dar batalla para que nada cambie. Corresponde a la izquierda actuar con inteligencia para que se abran las grandes alamedas como soñó Allende.