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Siguen las protestas mientras salen los primeros presos políticos en Sudán

Las fuerzas políticas y civiles sudanesas que auparon hace dos años a Abdallah Hamdok como primer ministro reiteraron ayer su rechazo al acuerdo alcanzado por este con los militares para restituirlo en el cargo después del golpe de Estado de octubre.

«No hay negociación, ni asociación, ni legitimidad para los golpistas», insistió Jamal Idris, un miembro del Consejo Central de las Fuerzas de la Libertad y el Cambio, que consideró que Hamdok se ha sometido a las demandas de los militares y avanzó que continuarán impulsando manifestaciones para lograr la anulación de lo pactado.

De hecho, al menos un joven de 16 años falleció el domingo tras recibir un disparo en la cabeza por parte de las fuerzas de seguridad sudanesas, en las protestas que se repitieron en varias ciudades de Sudán por el acuerdo alcanzado entre Hamdok y la junta militar.

Con este ya son 41 los sudaneses que han perdido la vida desde que el comandante en jefe del Ejército, Abddelfatah al-Burhan, tomase el poder por la fuerza y detuviese a varios ministros y altos cargos del Gobierno de transición de Sudán. Además, hay varios hospitalizados por heridas de bala, algunos de ellos en estado crítico.

También Walid Ali, portavoz de la Asociación de Profesionales Sudaneses, sindicato que ha estado detrás de las movilizaciones, calificó el acuerdo como traición. «El acuerdo se produjo en respuesta a los deseos de los golpistas y en un intento de legitimar el golpe de Estado», afirmó Ali, que consideró el pacto como «un suicidio político de Hamdok».

Este rechazo frontal contrasta con el recibimiento que ha tenido el acuerdo entre la comunidad internacional.

La llamada «troika» sudanesa, compuesta por EEUU, Gran Bretaña y Noruega, así como la UE, Suiza y Canadá celebraron el acuerdo en un comunicado conjunto en el que confiaron en que Hamdok pueda estar al frente de un Ejecutivo de transición «liderado por civiles». También la Misión de la ONU en Sudán, la Unión Africana y el Gobierno de Sudán del Sur, que mediaron entre militares y civiles tras el golpe, celebraron el pacto. Mientras, el domingo fueron liberados los cuatro primeros opositores detenidos tras el golpe (tres líderes de partidos políticos y un asesor de Hamdok), cumpliendo así una de las condiciones del acuerdo. Se esperaba la puesta en libertad del resto de detenidos.