Europa y los países ricos se blindan dejando a África a su suerte después de la detección de una variante que, de confirmarse los datos, tiene el potencial de cambiar la evolución de la epidemia. La nueva versión ha salido de un linaje del virus que en Euskal Herria ya se había erradicado por la acción de la vacuna, evidenciando no ya la inhumana sino la torpe y egoísta gestión global de la epidemia.

Las cepas compiten unas contra otras, cerrándose el paso. Una versión más evolucionada del virus acaba con todas las demás. La cepa Delta acabó con Alpha, la británica, que a su vez había terminado prácticamente con Beta (detectada por primera vez en Sudáfrica) y Gamma (brasileña). Ahora, una nueva variante evolucionada desde Beta ha acabado con Delta, al parecer, de forma fulminante en una región de Sudáfrica.

«B.1.1.529 parece extenderse muy rápidamente. En menos de dos semanas ahora domina todas las infecciones después de una devastadora ola Delta en Sudáfrica», informó Tulio de Oliveira, director del Centro de Innovación y Respuesta a Epidemias en Sudáfrica.

Omicron es responsable ya del 75% de las infecciones en el país y De Oliveira adelanta que, en cuestión de semanas, habrá hecho desaparecer a Delta del mapa. En la primera provincia donde se detectó, Gauteng, ya sobrepasa el 90%.

De confirmarse los datos de De Oliveira, se trataría de un hito dentro de la pandemia, pues nunca hasta ahora una cepa nueva se había impuesto a la dominante de forma tan rápida y contundente. Como poco, se tardaban dos meses.

La cantidad de mutaciones que se han encontrado en la nueva variante también genera intranquilidad. Cabe recordar que, cuanto más diferente sea la variante a la cepa para la que se diseñaron las vacunas, menos reconocible será para los anticuerpos. En concreto, concentra 32 mutaciones en la espícula (proteína S).

Por lo que se sabe, la nueva variante Omicron no parece haber superado a Delta gracias a una mayor capacidad de evasión de la vacuna. La tasa de vacunación en Sudáfrica está en el 24% y probablemente venga de un país con aún menor tasa, por lo que resulta dudoso que ahí resida la diferencia. Su fortaleza está en otra parte, aunque eso no quita que, además, sea capaz de eludir parcialmente la protección de las vacunas, asunto que toca ahora investigar, al igual que la gravedad de los casos que origina.

Pasaporte desde hoy en Nafarroa, con San Saturnino, «acueducto» y comidas por delante

En Nafarroa funciona desde hoy el pasaporte sanitario, al menos, formalmente. Los atascos de última hora en la Carpeta de Salud han dificultado que muchas personas hayan podido descargarse el documento que valida su vacunación y es dudoso que todos los vacunados lo tengan a mano. La medida, asimismo, parece poco clara para decenas de establecimientos, pues el límite para tener que requerir a la clientela está en que su capacidad para ofrecer servicio de restauración sobrepase los 60 comensales. Algunos prefieren reducir su capacidad de servicio a pedir a la clientela ese credencial. Tampoco queda demasiado clara de quién es la responsabilidad en caso de incumplimiento. ¿Del restaurante o discoteca por no mirar? ¿Del no vacunado por acudir?

Mientras se clarifica el nivel de aplicación, Nafarroa se acerca a fechas epidemiológicamente complicadas. Este fin de semana llega San Saturnino, patrón de la ciudad, que tiene un gran nivel de socialización. Y es de esperar que la gente salga simplemente porque, visto el panorama, prevea que las restricciones irán a más a lo largo de las próximas semanas.

San Saturnino solo es la primera pata del «acueducto foral». Nafarroa acumula numerosos festivos en los próximos días. A San Satunino (29 de noviembre y solo para Iruñea), se suma el Día de Nafarroa (3 de diciembre), la Constitución (6) y la Inmaculada (8).

Puentes y festivos favorecen la propagación del virus, pues aumenta la socialización con personas no habituales (que están fuera del entorno laboral-familiar al que luego se vuelve). Es dudoso que el pasaporte sanitario sea capaz de revertir este efecto.

Donde principalmente puede tener incidencia el pase es en el control de comidas y cenas de empresa típicas de las semanas previas a la Navidad. Sin embargo, como la aplicación ha sido repentina y para un tiempo tan corto, su potencial para impulsar la vacunación es, a priori, cuestionable.