El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el primer ministro indio, Narendra Modi, firmaron ayer casi una treintena de acuerdos de colaboración en materia de defensa, comercio y energía que suponen un acercamiento en un momento de tensión entre Moscú y Washington, que también corteja a Nueva Delhi.

En su estrategia de acercamiento, en medio de las crecientes tensiones entre Rusia y EEUU, Putin elogió a India como una gran potencia y un aliado seguro. EEUU, que trabaja para contrarrestar el ascenso de China, ha establecido el Quad, un grupo centrado en cuestiones de seguridad con India, Japón y Australia, provocando la preocupación de Pekín y Moscú.

Uno de los últimos contratos firmados entre India y Rusia supone la venta de los sistemas de defensa S-400 por más de 5.000 millones de dólares, cuyas entregas comenzarán este mes. Nueva Dehli ignora así la ley estadounidense que sanciona las compras de armas rusas por parte de cualquier país o entidad. Putin y Modi firmaron además un programa de cooperación militar y técnica para 2021-2031.

India también planea aumentar su propia producción de armas, especialmente a través de una colaboración con Kalashnikov para la fabricación de AK-203.

Por su parte, el gigante energético ruso Rosneft entregará hasta dos millones de toneladas de petróleo a India a través de la terminal marítima de Novorossiysk.

Este es solo el segundo viaje de Putin al extranjero desde el inicio de la pandemia y tras la cumbre de junio con su homólogo estadounidense, Joe Biden, en Ginebra, lo que muestra su relevancia para el Kremlin.