El Pleno de la Convención Constitucional de Chile, órgano encargado de redactar la nueva Constitución que sustituya a la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, eligió ayer tras una maratoniana sesión y nueve votaciones a la epidemióloga y académica María Elisa Quinteros (Movimientos Sociales) como su nueva presidenta en sustitución de Elisa Loncón, que deja el cargo después de seis meses, tal y como fija el reglamento interno del organismo.

Con 78 votos de un total de 154 escrutados, Quinteros sustituirá a la lingüista mapuche Elisa Loncón, cuya elección el 4 de julio se interpretó como un gesto hacia las mujeres y de reconocimiento hacia los pueblos originarios.

Quinteros se impuso en una votación marcada por la maratoniana jornada de 18 horas de trabajo el martes y que, hasta la madrugada de ayer, aún no lograba una mayoría absoluta que definiera los cargos directivos para los últimos seis meses de funcionamiento del organismo.

La sesión contó con varios giros inesperados como la decisión de retirar su candidatura de la científica Cristina Dorador, quien se perfilaba favorita el martes tras reunir los apoyos del Frente Amplio, el Partido Comunista y diversos movimientos sociales, que en la sexta votación le dejaron a seis votos de la mayoría, con el objetivo de «destrabar» la votación.

Ayer, los 154 convencionales –en su mayoría independientes, sin afiliación a partidos políticos, pero de tendencia progresista– debían elegir también al sucesor del vicepresidente del órgano, el abogado Jaime Bassa.

La convención, la primera paritaria del mundo y con 17 escaños reservados a los pueblos indígenas, tiene otros seis meses para terminar de redactar la nueva Carta Magna, que deberá ser aprobada en un plebiscito con voto obligatorio.

Tras meses elaborando el reglamento de funcionamiento y diseñando las distintas comisiones temáticas, la convención inició el debate de fondo de los artículos constitucionales el pasado 18 de octubre, cuando se cumplían dos años de las graves protestas de 2019.

El proceso constituyente se planteó como la vía para superar el estallido social, la mayor crisis en los 31 años de democracia, que dejó varias decenas de muertos y miles de heridos.

Aunque fue reformada más de 50 veces en democracia, la actual Carta Magna fue inspirada por los «Chicago Boys», que fomentaron la privatización de servicios como el agua, las pensiones y la salud.

Gran parte de la sociedad ve en el proceso constituyente una oportunidad para cambiar el actual rol subsidiario del Estado y garantizar más derechos sociales, una visión que comparte el presidente electo, Gabriel Boric.