Tras la Interterritorial de Sanidad celebrada ayer, la ministra de Sanidad española, Carolina Darias, confirmó que están estudiando el paso a un sistema de vigilancia distinto, el denominado centinela, que se emplea ante la gripe y otros fenómenos endémicos. Pero no introducirán ese cambio ya, como sí empieza a hacer Osakidetza con dos cambios de protocolo fulgurantes en las últimas semanas, sino que será «después de esta sexta ola. Nunca antes», remarcó la ministra.

El sistema de vigilancia centinela tiene como mayor novedad que no se basa en el recuento individualizado de casos, que ha marcado esta pandemia desde su estallido en marzo de 2020, sino que se limita a analizar la evolución de la enfermedad mediante proyecciones a partir de estudios más concretos en algunos puntos referenciales de la red de Atención Primaria.

En el caso de Osakidetza, los criterios de notificación de casos e incluso de diagnóstico han sido recortados drásticamente estos días, al haberse mostrado la red existente incapaz de asumir tantos positivos.

Darias apuntó que es necesario preparar un nuevo escenario, puesto que en la actualidad de todos los casos totales solo está provocando la hospitalización en torno a un 2%, mientras que hace dos meses era el 6% y durante la tercera ola de hace justo un año ascendía al 8%.

El sistema centinela resulta menos preciso y conlleva algunos problemas, como el de hacer seguimiento de los enfermos o justificar las bajas laborales. Es muy sencillo: si no hay test ni PCR generalizados, la gente no va a saber siquiera si está enfermo o no covid.

Antes de las palabras de la ministra, algunos epidemiólogos cuestionaron el cambio de sistema de detección. «Es una pandemia y deberíamos seguir trabajando con esa vista. No estamos viendo lo mismo que en una temporada gripal estándar o incluso de las malas», apuntó el vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), Oscar Zurriaga.

Desde la Sociedad de Médicos de Atención Primaria (Semergen), Vicente Martín mostró su preocupación por el gran número de reinfecciones, «con síntomas que antes no se veían».

Cuestionando la decisión adoptada por Osakidetza, la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia sostuvo que resulta «precipitado» poner en marcha un plan de este calado «cuando aún no se ha llegado al pico de contagios». Denuncian, además, que se pretende «minimizar la situación y esconder la cabeza debajo del ala».