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SANA’A

Yemen sufre el ataque más sangriento de Riad en cuatro años

Yemen sufrió ayer el ataque más sangriento llevado a cabo por la coalición suní que lidera Arabia Saudí en los últimos cuatro años. Además de los al menos 14 muertos en la capital, varios civiles murieron en bombardeos en otras provincias. Fue la respuesta de Riad al ataque de la víspera de los hutíes, que controlan buena parte de Yemen, en la misma capital de Emiratos Árabes Unidos, y que recrudece la guerra enquistada desde hace siete años.

Al menos 14 personas murieron y once resultaron heridas en la capital de Yemen, Sana’a, durante la noche del lunes al martes en incursiones de la coalición militar liderada por Arabia Saudí en respuesta a un ataque de los yemeníes hutíes a Emiratos Árabes Unidos. Es el ataque más mortífero llevado a cabo por esta coalición desde 2017, cuando perecieron nueve personas, incluidos niños, en un barrio residencial de la ciudad.

Ataques previos en los más de siete años de guerra han provocado matanzas de civiles en viviendas, mercados o funerales, que la ONU apuntó como posibles crímenes de guerra.

La coalición –de la que Emiratos es miembro y que participa en la guerra de Yemen con apoyo occidental desde 2015– ha multiplicado las incursiones de represalia en Sana’a, donde los residentes retiraban ayer los escombros con la esperanza de encontrar supervivientes entre los restos de edificios destruidos por los bombardeos aéreos.

Los hutíes confirmaron, además, la muerte de uno de sus generales, Abdalah Qassem Al-Junaid, director de la Academia de Defensa Aérea, que murió junto a miembros de su familia en el ataque de su domicilio en uno de los edificios destruidos.

Otros cinco civiles, entre ellos un niño, murieron al ser alcanzados varios vehículos en otro bombardeo de la coalición suní en la provincia de Marib, donde se desarrollan feroces combates desde hace casi un año.

Los hutíes golpean Abu Dhabi

La coalición que lidera Riad había amenazado con represalias por el ataque llevado a cabo desde Yemen y la respuesta solo tardó unas horas. Aseguró que el objetivo eran «campamentos y cuarteles generales» de los hutíes.

El lunes Emiratos sufrió dos inusuales ataques con drones contra el Aeropuerto Internacional de Abu Dhabi y la zona industrial cercana de Mussafah, donde los aparatos causaron un incendio y una explosión en depósitos de combustible, lo que causó la muerte de tres trabajadores, dos ciudadanos indios y un paquistaní.

Estos ataques, que los hutíes han logrado llevar hasta la propia capital emiratí, han abierto un nuevo frente en la enquistada guerra de Yemen y aleja aún más una solución en un conflicto que ha desplazado a millones de personas y ha provocado más de 377.000 muertos y la mayor crisis humanitaria del mundo, en la que alrededor del 80% de los habitantes necesita de algún tipo de asistencia para cubrir sus necesidades básicas como agua y alimentos.

Los países occidentales que apoyan a Riad condenaron el ataque hutí. EEUU, que los había retirado de su «lista terrorista» prometió hacerles «rendir cuentas» e Israel acusó directamente a Irán de estar detrás del ataque en Abu Dhabi.

Alianzas reconstituidas y cambios en el frente

El ataque hutí a Abu Dhabi supone una respuesta a los cambios en el frente y al recrudecimiento de los combates en Yemen, donde la Brigada de los Gigantes, milicia entrenada por Emiratos Árabes Unidos, había avanzado y expulsado a los hutíes de la provincia sureña de Shabwa. El revés asestó un duro golpe a una campaña lanzada hace meses por los hutíes, que estuvieron a punto de tomar el control de Marib, la capital de la provincia vecina y el último bastión en el norte de Yemen del Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi, expulsado al exilio.

El avance de la coalición suní en Shabwa supone una de sus mayores conquistas en los últimos años y sigue a la reconstitución de la alianza de las monarquías del Golfo y fuerzas que respaldan al Ejecutivo de Hadi, arrinconado en el sur del país. Hasta entonces, los hutíes, con apoyo logístico y de arsenales de Irán, no solo habían resistido en prácticamente todos los frentes además de mantener el control de la capital y de gran parte del norte del país, sino que habían lanzado ataques contra la retaguardia saudí y sus intereses petroleros en un conflicto convertido en una guerra regional por delegación, incluida la participación de EEUU y Gran Bretaña.

Las fisuras en el seno tanto de la coalición suní como entre las fuerzas yemeníes alineadas con ella habían debilitado su posición. Emiratos utilizó el malestar de las fuerzas independentistas del sur en su rivalidad con Arabia Saudí paralela a la guerra, relegando el papel de Riad. La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca también redujo apoyos logísticos a la coalición. Pero la reconstitución de las alianzas extiende ahora los frentes y relanza a todas las fuerzas implicadas. GARA