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Corrupción, violencia y covid, los retos que enfrenta Xiomara Castro

Xiomara Castro, líder del Partido Libertad y Refundación (Libre), se convertirá hoy en la primera mujer en llegar a la Presidencia de Honduras, un país con un alto índice de violencia contra las mujeres. Entre los desafíos a los cuales deberá hacer frente están la corrupción, la pobreza, la pandemia y el narcotráfico.

Xiomara Castro, del partido Libre, tomará hoy las riendas de Honduras, convirtiéndose así en la primera mujer en presidir el país centroamericano. Entre la larga lista de desafíos a los que deberá hacer frente están el narcotráfico, la corrupción, los altos índices de violencia y corrupción, y la pandemia, que ha provocado la quiebra o cierre temporal de micro, pequeñas, medianas y grandes empresas, lo que ha provocado que unas 500.000 personas se queden sin empleo.

En noviembre de 2020 las tormentas tropicales Eta e Iota causaron severos daños en la infraestructura y economía del país.

Según los analistas, antes de la pandemia la pobreza afectaba a más del 60% de los 9,5 millones de hondureños, pero después de dos años y del daño que causaron Eta e Iota, la cifra de pobres supera el 70%. Organismos como el Foro Social de Deuda Externa de Honduras (Fosdeh) señalan que la débil economía no ha colapsado por las remesas que cada año envían más de un millón de inmigrantes hondureños que viven en el exterior, principalmente en EEUU.

Según el Banco Central, Honduras recibió en 2021 unos 7.500 millones de dólares en remesas familiares enviadas por los inmigrantes, cifra que ronda el 25% del producto interno bruto.

En declaraciones a Efe, el analista Pablo Carías afirma que «sin duda alguna, asumirá el poder en unas circunstancias muy difíciles, muy complejas, no solo por el hecho de que el país ha perdido la institucionalidad. Algunos dicen que ya la deuda externa es impagable porque nos estamos acercando a los 20.000 millones de dólares. Para un país pobre como Honduras eso es grave». Considera que debido a la difícil situación que atraviesa Honduras, algunas de las necesidades no podrán ser atendidas con la fuerza deseada porque tienen una naturaleza estructural. Para atender esos problemas se «necesitan muchos recursos y no estoy muy seguro de que la cooperación internacional puede hacer tanto para poder superar esas debilidades», sostiene.

Castro también tendrá que hacer frente a la alta corrupción que deja Juan Orlando Hernández, cuyos dos períodos en el poder estuvieron salpicados por denuncias, algunas desde EEUU, por nexos con el narcotráfico. Castro ha prometido la instalación de una comisión internacional contra la corrupción y la impunidad, con el apoyo de las Naciones Unidas.

Su llegada a la Presidencia también ha generado esperanzas entre las mujeres. «La victoria de la primera mujer presidenta representa un gran paso en la influencia que estamos ejerciendo las mujeres en diferentes aspectos sociales y políticos», resalta la titular del Comisionado de Derechos Humanos, Blanca Izaguirre –primera mujer en ocupar ese cargo–. Augura un «futuro prometedor» a Castro, aunque admite que tendrá «grandes desafíos» en un país en el que impera «una cultura machista». Denunció que la mujer en Honduras es víctima de «misoginia y campañas de desprestigio y discriminación».

Vigilia popular ante el Congreso

El Congreso Nacional se ha convertido en un «Congreso popular» tomado por los ciudadanos desde que la presidenta electa, Xiomara Castro, quien hoy jurará el cargo, ordenara el domingo a la Policía desmontar todas las vallas y abrir sus puertas. La situación explotó el viernes cuando 20 diputados disidentes del partido Libre se opusieron a elegir a Luis Redondo, el candidato del Partido Salvador de Honduras (PSH) –respaldado por Castro tras hacer una alianza para ganar las elecciones–, como presidente del Parlamento. La crisis, para la que no se prevé una salida inmediata, concluyó con la instalación de dos directivas paralelas: una presencial en la misma sede del Legislativo, encabezada por Redondo, y otra através de Zoom, liderada por Jorge Cálix, uno de los diputados disidentes y expulsado del partido. Castro, quien acusó de «traidores» a la casi veintena de parlamentarios de su partido, convocó el pasado domingo una vigilia frente el Congreso Nacional, la cual ha tenido una notoria acogida.GARA