Daniel GALVALIZI
Madrid
CRISIS EN EL PP

AYUSO ROMPE CON CASADO Y EL PARTIDO POPULAR SE INCENDIA

Madrid es epicentro de una lucha descarnada entre las facciones del poderoso PP regional y Génova. Ayuso acusa a la Ejecutiva estatal de perseguirla «de forma cruel» y niega haber favorecido a su hermano. García Egea la expedienta y amenaza con querellas.

La expectación mediática con la que se esperaba ayer por la mañana a la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso en la sesión de control de la Asamblea de Madrid solo se ha visto en sesiones de investidura. Una muestra del maremágnum desatado desde la víspera, continuidad de la guerra que ya dura nueve meses entre el PP regional y Génova.

El último y más incendiario capítulo de la guerra entre el ayusismo y Génova comenzó el miércoles por la noche, cuando “El Confidencial” y luego “El Mundo” pusieron en sus cabeceras la información sobre un presunto espionaje ilegal encomendado por la cúpula del PP central para indagar sobre las comisiones que habría cobrado Tomás Díaz Ayuso, hermano de la presidenta, por determinados contratos durante el estado de alarma.

Madrid se iba a dormir con un escándalo de proporciones en ciernes y amaneció con la contraofensiva. Desde Génova devolvieron el golpe y a través del diario “Abc” –¿cabe alguna duda el origen de la filtración?– dejaron trascender que ya desde octubre del año pasado desde la Ejecutiva nacional se pidieron explicaciones al Gobierno madrileño al tener información extraoficial sobre las comisiones que habría cobrado el hermano de la presidenta.

En medio está el alcalde de la capital del Estado y portavoz del PP, José Luis Martínez Almeida, ya que las filtraciones indicaban que un alto cargo municipal y cercano al tándem Casado-García Egea había sido el que había encarado el espionaje. El alcalde lo desmintió ayer «en forma tajante» y aseguró que de comprobar algo así, el cargo sería cesado.

La información en “Abc” iba más allá: desvelaba la fuente que alertó a Díaz Ayuso sobre el presunto espionaje ilegal y que “El Confidencial” y “El Mundo” procuraron ocultar, el expresidente de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. A mediodía, la presidenta confirmó prácticamente todas las versiones: «Nunca pude imaginar que la dirección general del PP actuara de forma tan cruel contra mí. Que me ataque la dirección de mi partido porque me quiero presentar al congreso del PP de Madrid es insensato».

«La vida política está llena de sinsabores. Es muy doloroso que dirigentes de tu partido en lugar de respaldarte te quieran destruir», señaló en tono victimista. También hizo referencia al caso de su hermano, acusado de una comisión irregular de 280.000 euros por una adjudicación a la empresa de un amigo suyo: «Si dirigentes del PP quisieran aclarar algún contrato solo tendrían que pedirlos, puesto que están en el portal de transparencia. Por lo tanto, elaborar un dossier tenía la única intención de desprestigiarme».

Al respecto, también agregó que Tomás Díaz Ayuso «lleva trabajando en el sector comercial 26 años, mucho antes» de que ella entrara en política, y pidió a sus rivales «que demuestren» si ella le ha ayudado «a lograr el contrato. No existe ni una sola prueba de ello». Ayuso acusó al partido de «quererme destruir» y la dirección anunció un expediente y quizás una querella. Esto solo acaba de empezar.

Minutos antes, y ante la pregunta de la líder de la oposición local, ya había advertido que no negaba los hechos: «Unos y otros, como no han podido acabar conmigo por más que lo intenten, me están haciendo pagar ahora tener 65 escaños. Y como no lo pueden conseguir unos y otros, están ahora atentando contra mí y van contra lo más importante que tiene una persona, que es su familia». Ese unos y otros anticipaba la ruptura.

Menos de una hora después, el número dos del PP y mano derecha de Pablo Casado desde hace tres años, Teodoro García Egea, respondió desde Génova. A quien esperaba un bálsamo de conciliación, lo defraudó inmediatamente: anunció la apertura de un expediente interno contra Ayuso y la acusó de difundir «calumnias» contra la Ejecutiva. Egea afirmó que Ayuso ha lanzado «una campaña masiva de ataques, infundios y calumnias» contra la cúpula nacional del partido y confirmó un expediente informativo «para culminar las investigaciones que se han llevado a cabo». El diputado por Murcia básicamente desnudó que Génova estuvo a cargo de las filtraciones al ratificar todo lo escrito en “Abc”: hace medio año, Casado «convocó a su despacho» a Ayuso para hablar sobre «un presunto cobro de comisiones relativas a un contrato sanitario de la Comunidad de Madrid en beneficio de su entorno». Sin embargo, rechazó de forma tajante el espionaje y los contactos con detectives privados.

Fuentes del grupo parlamentario del PP explicaron a GARA la sorpresa con que los cogió esta situación en la noche del miércoles y manifestaron su incredulidad por la dimensión gigantesca que implica para el partido la ruptura entre el poder central del PP y la líder de su principal bastión, Madrid, donde gobierna desde hace 26 años y, además, desde donde irradia su poder simbólico y mensaje al resto del Estado. La misma fuente, conocedora tras bambalinas del funcionamiento orgánico del partido, apuntó que ahora sería clave entender el alcance de las medidas coercitivas contra Díaz Ayuso que mencionó García Egea, «si contempla la expulsión potencial de Ayuso y en qué puede desembocar. Posiblemente sea una medida de presión para negociar una solución».

Además, pone sobre la mesa otro factor: «Mientras esté abierto o sea factible una expulsión de Ayuso, ¿cómo se encaran desde Madrid unas autonómicas, que serán dentro de 14 meses?».

Preguntada sobre la amenaza de García Egea de una querella por calumnias, la fuente considera que por ahora eso puede ser otra medida de presión, pero que si se concretara una querella formal, sería ya la muestra fáctica que «ya no hay vuelta atrás y está todo roto».

Una deuda veraniega

El conflicto político entre el ayusismo y la Ejecutiva nacional se remonta al verano del año pasado y ha sido una deuda que nunca pudieron (ni quisieron) saldar. Por aquel entonces la presidenta de Madrid decidió manifestar su decisión de ser la presidenta del PP regional. Cabe recordar que casi todos los jefes de Gobierno de la comunidad autónoma lo han sido. Sin embargo, desde Génova, y tras el aluvión de votos recibidos por ella, empezaron los resquemores.

Un dato que Génova seguro tiene presente es que en los sondeos la presidenta madrileña arrasa en el Estado.

Idas y vueltas con mayor o menor tensión se sucedieron desde aquel entonces. «Todo es una confesión de debilidad», afirmó la exportavoz defenestrada (por García Egea, sí), Cayetana Alvarez de Toledo. Con su dedo señala una ley básica de la política: el líder quiere encerrar a un posible sucesor que en las encuestas va mejor. La sobreactuación de Pablo Casado, basada en filtraciones sin explicaciones sólidas, s0lo ha hecho crecer el escándalo y crecer a Díaz Ayuso.

El enfrentamiento en la trinchera es de García Egea contra Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de Ayuso y ex alto cargo del Ejecutivo de José María Aznar. Durante estos meses incluso se supo que la presidenta regional tenía bloqueado en su teléfono a García Egea. El conflicto llegó ayer, 17 de febrero, a la ruptura casi total.

La proyección de Casado y la de Ayuso

Es imposible desvincular este escándalo de la correlación de fuerzas entre los liderazgos y de lo ocurrido en los últimos tiempos. Casado está estancado en las encuestas, carcomido por la ultraderecha de Vox y sus estrategias tanto de comunicación como electorales han demostrado ser un fracaso.

La campaña de Castilla y León pudo tener varias lecturas, pero nadie de izquierda a derecha opina que las decisiones de Génova fueron acertadas.

Enfrente está Ayuso y sus alianzas con ciertos grupos de poder, como algunos medios y algunos referentes del conservadurismo más duro. Un dato que Génova seguro tiene presente es que en los sondeos la presidenta madrileña arrasa en el Estado.

Electomanía informó el 17 de diciembre pasado de que una nueva marca electoral que incluyese a Ayuso y Cayetana Álvarez de Toledo obtendría 82 escaños, dejando al PP en 50 y, dato no menor, provocando la bajada de Vox a casi la mitad de sus diputados.

Si esto lo está leyendo usted es porque también lo saben de sobra el Ibex, el palco del Bernabeu y todos los poderes fácticos del Estado, que siempre bendecirán a quien prometa una derrota de una coalición de la izquierda española y los soberanismos.