EDITORIALA
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Martxoak 3 mira al pasado para construir el futuro

Euskal Herria recuerda el 3 de Marzo de 1976 como una de las jornadas más negras de su historia reciente. Aquel día, cinco trabajadores, Romualdo Barroso, Bienvenido Pereda, Francisco Aznar, Pedro Martínez Ocio y José Castillo, fueron ametrallados por la Policía española en Gasteiz. En este nuevo aniversario se recordará a los que murieron luchando por una sociedad más justa y más democrática.

Pero este año es también un aniversario para seguir reclamando verdad, justicia y reparación. Y en este apartado muy poco se ha avanzado desde hace 46 años. Los familiares de los trabajadores muertos en Gasteiz siguen esperando un centro de la memoria digno de tal nombre. Reclaman, además, que su materialización cuente con la participación de las víctimas y de la sociedad civil. A fin de cuentas, los centros de la memoria no deberían ser lugares monumentales, sino instrumentos para la divulgación y difusión de lo ocurrido, para estimular la reflexión social. Pero en todos estos aspectos no se observa ningún avance. Especialmente desalentadora resulta la desidia institucional, que hizo que los familiares demandaran hace unos días que se pase de una vez por todas de las palabras a los hechos. Por otra parte, esa falta de implicación de las instituciones es también notoria en el ámbito de la Justicia. A pesar de haber recogido centenares de testimonios, las instituciones alavesas son reacias a impulsar un proceso judicial que no pueden llevar adelante solo las víctimas del franquismo. Esta falta de impulso debería ser explicada por PNV y PSE, partidos que gobiernan Araba y Gasteiz.

En cualquier caso, detrás de esa inhibición institucional está el hecho de que en realidad no se ha roto con la impunidad del franquismo. Y mientras el franquismo continúe enquistado en las estructuras judiciales, policiales y políticas no habrá un Estado democrático y de derecho. La memoria es una cuestión del pasado que sirve para mirar al futuro que la sociedad vasca quiere construir.