«Regresaba con mis hijas de la manifestación de Baiona en apoyo, precisamente, de los ciudadanos ucranianos», recuerda en declaraciones a Mediabask la vicepresidenta del Centro Comunal de Acción Social (CCAS) de Urruña Danièle Bideondo.

La también concejala de Cohesión Social fue detenida, el sábado por la tarde, en pleno centro de la localidad por militares adscritos al dispositivo Sentinelle, destinado a priori a hacer frente a «la amenaza islamista».

Los militares interceptaron a la electa por ayudar a un grupo de migrantes que acababa de atravesar la muga desde Gipuzkoa. «Se habían refugiado en los soportales del Ayuntamiento y me acerqué para preguntarles si necesitaban ayuda. Me dijeron que querían ir a Baiona y acepté acompañarles», explica.

La concejala pidió a los militares que interceptaron la furgoneta de su hija que les dejaran seguir camino hasta el centro Pausa de Baiona. Los militares optaron por llamar a la Policía.

«Fue entonces cuando decidí telefonear al alcalde (Filipe Aramendi) y al poco un buen número de vecinos vinieron a expresarnos su apoyo, ya que en Urruña llevamos a cabo desde hace tiempo una política de buena voluntad hacia los migrantes de paso en la localidad».

Personado en el lugar, el alcalde fue llevado a la comisaría de la Policía de Aire y Fronteras (PAF) de Hendaia. A la concejal y a su hija se les convocó al día siguiente en esa misma instalación policial, de la que todos salieron tras prestar declaración sin que se presentaran cargos al estimarse que «la infracción no estaba suficientemente clara».

Para entonces, los cinco migrantes ya habían sido expulsados, como tantos otros antes, al otro lado de la muga.

Localidad ocupada

La representante municipal denuncia la «fuerte presencia militar» que hay de un tiempo a esta parte en Urruña y la sucesión de patrullas y controles, dando cuenta de que esa misma tarde del sábado fue detenida también una pareja por motivos similares.

Y censura el «doble rasero» que implica que «mientras el Gobierno francés se dirige a los alcaldes mediante un correo en el que les pide que reciban en su localidad a los refugiados que van a llegar de Ucrania» persista, al tiempo, en la política de persecución contra los migrantes que llegan de otras parte de mundo, «con historias también terribles a sus espaldas», y persista igualmente en el «hostigamiento» a las personas que les ayudan.

Danièle Bideondo asegura que «por humanidad y solidaridad» seguirá dando su apoyo a las personas migrantes.

Y lanza un mensaje a la Mancomunidad Vasca «para que todos los electos nos comprometamos solidariamente con el objetivo de dar una vía segura a estas personas».

Reconoce que no será una tarea sencilla, pero insiste en la urgencia. «Si hay que flotar un autobús, habrá que hacerlo, pero hay que buscar una solución para que estas personas, que pasan sed y hambre, puedan tener una salida, y para que los vecinos que les dan su ayuda dejen de vivir bajo esta presión».