GARA
KIEV-WASHINGTON
GUERRA EN UCRANIA

Biden y la OTAN quieren cerrar filas ante la previsión de una larga guerra

El presidente de EEUU, Joe Biden, llegó ayer a Europa para participar en las cumbres de la OTAN, la UE y el G7, donde quiere cerrar filas con sus aliados para endurecer las sanciones contra Rusia, los refuerzos militares y la posición frente a China, ante la previsión de una guerra larga en Ucrania que podría agrietar la unidad de sus aliados.

El presidente de EEUU, Joe Biden, llegó a Europa para cerrar filas con sus aliados y endurecer la postura contra Rusia en tres cumbres internacionales en Bruselas: la OTAN, el G7 y la UE, con más sanciones y movimientos militares de la OTAN. «El presidente va a Europa para asegurarse de que permanecemos unidos», ante la previsión de que «esta guerra no va a terminar fácil ni rápido», subrayó su asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan.

Antes de dejar la Casa Blanca, Biden volvió a airear la posibilidad de un ataque con armas químicas rusas en Ucrania como una «amenaza creíble». El lunes ya había sostenido que Moscú está considerando utilizar armas químicas y biológicas.

La postura de Washington replica a la advertencia de Moscú sobre la posibilidad de que sea Kiev y sus batallones ultras los que lleven a cabo un ataque de ese tipo de «falsa bandera» y de la existencia en Ucrania de laboratorios dirigidos por los estadounidenses.

Una guerra duradera será un desafío para la unidad mostrada hasta ahora en forma de durísimas sanciones económicas, un fuerte rearme de Ucrania y hasta giros estratégicos como el dado por Alemania en el ámbito militar. Por ello, Biden quiere mantener esa unidad para «imponer nuevas sanciones a Rusia y fortalecer las sanciones existentes», y para reforzar la presencia de la OTAN en el este europeo. Y también frente a China, a la que Washington ya ha advertido con represalias en caso de ayudas a Rusia.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, confirmó los mismos objetivos para la cumbre de la Alianza Atlántica, en la que espera que se acuerde proporcionar apoyo a Ucrania en ciberseguridad y frente a «amenazas químicas, biológicas, radiológicas y nucleares».

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, aseguró el martes que Rusia solo contempla la posibilidad de usar armamento nuclear si se encuentra ante una «amenaza existencial», lo que Stoltenberg interpretó como un aviso de su posible uso, que «cambiaría la naturaleza» de la guerra. Igualmente, la cumbre de la OTAN también quiere cerrar filas frente a China, a la que advertirá para que no apoye a Rusia ni siquiera con un respaldo político o «la difusión de mentiras y desinformación», según Stoltenberg.

A la vez, la alianza militar va a reforzar aún más su despliegue con cuatro nuevos batallones de combate en el flanco oriental, en Eslovaquia, Hungría, Rumanía y Bulgaria.

El despliegue de estos grupos será inmediato y contará con componentes de las fuerzas de los países anfitriones, pero también con la participación de otros aliados.

«Vamos a desplegarlos tanto tiempo como sea necesario», señaló Stoltenberg. De esta forma, la alianza militar repite el movimiento que hizo en 2014 cuando desplegó por primera vez grupos de combate multinacionales en Polonia y los países bálticos Ahora la idea es extender el anillo militar de seguridad al sureste de Europa con un total de ocho grupos de combate, una vez la OTAN ha reforzado también las unidades en Polonia, Letonia, Lituania y Estonia.

Por su parte, Rusia advirtió a la OTAN contra el eventual despliegue de «fuerzas de pacificación» en Ucrania, como ha propuesto Polonia, al augurar que provocaría enfrentamientos militares entre tropas de Rusia y de la Alianza Atlántica. El ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, consideró la idea como una provocación y acusó a Varsovia de albergar ambiciones territoriales en Ucrania.

La relación entre Moscú y Varsovia, tradicionalmente hostil, se ha deteriorado aún más al convocar el Gobierno polaco al embajador ruso y expulsar a 45 diplomáticos rusos. Moscú avisó de que «no quedará sin respuesta».

La prolongación de la guerra parece constatarse también en la mesa de negociaciones, que Kiev considera difíciles porque defiende «posturas claras y de principios», mientras Lavrov acusó a los ucranianos de cambiar constantemente de postura y sugirió que están manejados por Washington, que se beneficia de la prolongación del conflicto.

Polonia confirma la prisión provisional para Pablo González

La familia del periodista vasco y habitual colaborador de GARA Pablo González ha recibido la confirmación oficial de que seguirá en prisión provisional en Polonia hasta el 29 de mayo. Es la primera ocasión en la que el entorno de González recibe una notificación de las autoridades polacas, que detuvieron al periodista el pasado 28 de febrero. El 3 de marzo, la autoridad judicial confirmó la prisión provisional, acusándole de «actividades de Inteligencia extranjera» y ya entonces hizo público que debería permanecer privado de libertad hasta la celebración del juicio. A pesar de que la notificación a la familia no ha llegado hasta ahora, esta fechada en ese mismo día del 3 de marzo. Según el diario “El País”, «el texto solo explica que el Tribunal Regional de Rzeszów ordenó privar temporalmente de libertad al periodista».

Su abogado, Gonzalo Boyé, viene denunciado que a pesar de haber sido detenido hace tres semanas en Polonia, estado de la UE, todavía no ha podido contactar con él.GARA

La UE debate cómo frenar precios y cortar con el gas ruso

La dependencia del suministro de energía ruso de la UE frena que corte los lazos con Moscú, a la vez que se ve obligada a preparar el escenario de los precios disparados. Ambos temas dominan la cumbre de los Veintisiete que comienza hoy y en la que, pese a la presencia de Joe Biden presionando para que adopte sanciones más duras, no se prevé un embargo a la compra de hidrocarburos rusos. La Comisión Europea plantea limitar los precios en el mercado mayorista de electricidad como una de las opciones posibles para atajar el alza de los precios, por ejemplo con compensaciones a los operadores eléctricos o interviniendo directamente para fijar un techo con precios de referencia, aunque choca con la oposición de Alemania o Países Bajos.

También plantea que los Estados puedan fijar un gravamen para los beneficios excesivos de las eléctricas, establecer un precio máximo para la generación de electricidad vinculadas a los combustibles fósiles, intervenir el mercado del gas o admitir ayudas directas a consumidores. Las compras conjuntas de la UE a proveedores de terceros países es otro de los elementos que plantea, acompañado de la obligación de que las instalaciones de almacenamiento de gas estén al 80% de su capacidad el próximo noviembre, lo que rebaja el 90% que preveía en un principio.

Siendo Alemania uno de los socios más dependientes del gas ruso, el canciller alemán, Olaf Scholz, anunció que Berlín se apoyará en las instalaciones de Gas Natural Licuado en la costa oeste de la UE, pese a que la Confederación de la Industria Alemana advirtió de que la red europea de gas todavía no está diseñada para flujos de oeste a este. Además, las empresas alemanas alertaron a la UE en contra de decisiones «precipitadas con consecuencias incalculables» para las cadenas de suministro, el empleo y la posición política alemana. A su juicio, la UE «no está preparada para un embargo energético general y a corto plazo».

Rusia no se queda de brazos cruzados. Su presidente, Vladimir Putin, anunció que el país rechazará el pago del gas ruso en divisas, incluidos el dólar y euro, y que cobrará en rublos los suministros a los países «inamistosos».

En opinión de Putin, estos países, al congelar los activos rusos declaran de facto una suspensión de pagos ante Moscú y ponen fin a la fiabilidad de sus divisas, aunque añadió que Rusia seguirá suministrando gas según los volúmenes y precios estipulados en los contratos vigentes.GARA