Natxo MATXIN
OSASUNA

El ejercicio de supervivencia no da para sumar ante el líder

Sergio Herrera le paró dos penaltis a Benzema entre los minutos 52 y 59, lo que permitió que la escuadra navarra se mantuviese metida en el partido hasta el último suspiro, en el que Lucas Vázquez materializó el resultado final en una rápida contra visitante.

OSASUNA 1

R. MADRID 3


No le dio a Osasuna el ejercicio de supervivencia que dispuso frente al Real Madrid como para sumar, pues los rojillos se vaciaron ante el líder, que acabó demostrando, pese a las rotaciones, por qué va a ser el futuro campeón liguero. Ni siquiera el enorme acierto de Herrera al detener dos penas máximas al pichichi Benzema pudo evitar que se cortase la positiva racha casera del cuadro navarro.

Más eléctrico no pudo ser el comienzo del choque, con los anfitriones apretando muy arriba a los blancos y asfixiándoles por momentos en la salida de balón. De ahí partieron dos remates de Budimir que no fueron lo suficientemente precisos como para hacer daño. Rodrygo puso la réplica con un recorte y disparo seco pegado al poste, que sacó la mano de Herrera.

El ida y vuelta del partido presagiaba goles y estos llegaron. Primero por parte de los visitantes, en una falta lateral y despiste en las marcas de los rojillos. Al final, permitieron un remate doble de Alaba, que anotó el 0-1 con un golpeo poco ortodoxo. Osasuna reaccionó de inmediato. Centro duro y raso del Chimy desde la derecha y Budimir empujó a las redes su quinta diana seguida en otros tantos encuentros. Apenas un cuarto de hora y se habían visto ya dos goles.

La aceleración bajó enteros, ante un Real Madrid que fue encontrando su sitio en el césped. Sin embargo, el conjunto navarro no pasaba por excesivo peligro, más allá de los caracoleos de Rodrygo. De hecho, Budimir volvió a anotar, aunque esta vez en fuera de juego. Sin embargo, la calidad merengue marcó la diferencia al filo del descanso. Camavinga dio un gran pase ante la colada de Ceballos –Nacho Vidal no llegó a despejar con la cabeza–, quien llegó al esférico, sacó como pudo Herrera y el rechazo le cayó franco a Asensio para solo tener que empujar.

Tampoco estuvo mal el inicio del segundo periodo, con una situación pocas veces vista, parándole Herrera dos penaltis casi consecutivos a un delantero en plena racha, como Benzema. Un Osasuna con mucha menor frescura se vio totalmente acosado por el líder, que no terminó de sentenciar por las imponentes intervenciones del cancerbero burgalés ante sendos lanzamientos desde los once metros.

Visto el acogotamiento, Arrasate decidió mover ficha y refrescar el once con la entrada de Oier y Kike Barja –también entró al descanso Manu Sánchez– y el bloque rojillo lo notó. Su rival ya no lo tuvo tan apretado y los locales recuperaron cierta presión e incluso una mayor circulación de balón, lo que permitió que las fuerzas se igualasen de cara al tramo final del envite.

El duelo se convirtió en un partido de ida y vuelta muy peligroso por las rápidas transiciones del Real Madrid, que dispuso de las mejores ocasiones para finiquitar el envite. No le quedaba otro remedio a un Osasuna que ya no tenía nada que perder, intentando sumar ante el líder y próximo campeón liguero, que terminó de inclinar la balanza de su lado en el último suspiro, con una vertiginosa contra que acabó materializando Lucas Vázquez.