Resulta curioso, pero se da la circunstancia de que Osasuna y Alavés, que ya no tienen nada en juego porque los rojillos pueden aspirar como mucho al noveno puesto y los babazorros ya están descendidos desde la jornada anterior, pueden ser jueces del descenso.

Osasuna recibe al Mallorca (20.00, Movistar LaLiga) con la intención de finalizar con buen sabor de boca tras cinco jornadas sin conocer la victoria. Los rojillos aspiran a hacerse con la novena plaza y además deberán demostrar su profesionalidad ante un Mallorca que aterriza en El Sadar jugándose la vida para quedarse en Primera.

Osasuna, de manera indirecta, va a determinar casi con toda probabilidad quién es el conjunto que desciende a Segunda División. Y tiene razones para ser más que profesional, ya que hay algunos futbolistas que dirán su adiós, como son el capitán Oier Sanjurjo, Iñigo Pérez o Ramalho.

Por su parte, el Mallorca llega con la soga al cuello, afrontando un partido a vida o muerte, en el que tiene, como mínimo, que cosechar el mismo resultado que el Cádiz, con el que están empatados a puntos, pero superan por el golaverage particular.

Los gaditanos visitan al Alavés (20.00), que cierra su etapa más larga en Primera División, seis temporadas, en una jornada que vendrá marcada por el cierre de un ciclo y la incógnita de la respuesta de la afición –que pocas veces, ni en los momentos más duros, parecía tan alejada de la plantilla y la directiva– tras la confirmación del descenso.