Lo que esconde el Egeo
Si en Europa existe un lugar paradisiaco. Ese lugar es, sin duda, las islas griegas del mar Egeo. De hecho, ha sido y es uno de los destinos más promocionados del turismo europeo, sobre todo para los jubilados de los países del norte y centro de Europa, a los que el Ejecutivo griego les acaba de ofrecer, además de un paraíso natural, un paraíso fiscal en el que pagar un impuesto mínimo (7%) por sus pensiones y rentas. Sin embargo, detrás de esa foto, de residencia y descanso privilegiado para las mejores pensiones del continente, en el Egeo, se está cometiendo uno de los crímenes más vergonzosos y racistas del capitalismo europeo. Me refiero a los campos de refugiados y, en concreto, a lo que ocurre en la isla de Lesbos, en el campo de Moira. Allí, según un informe de Médicos Sin Fronteras, más de 200 niños y niñas, con enfermedades muy graves, morirán si en breve no reciben el tratamiento y los medicamentos adecuados. El miércoles, activistas de OEE y de Mugak Zabalduz interpelaron a las administraciones de Nafarroa y la CAV y les exigieron el apoyo necesario para organizar la acogida, urgente y con garantías, de estos menores tan merecedores de vivir como las niñas y niños ucranianos que hoy, lejos de la guerra, juegan en los parques de Euskal Herria. Viejos o niños la desigualdad nos sigue matado. Mientras nos empeñamos en soñar con paraísos de justicia.