El CNR es un símbolo en la historia moderna francesa. Creado en plena guerra por un Charles de Gaulle exiliado en Londres y necesitado de golpes de efecto para liderar una Francia humillada, dividida y ocupada por los nazis, el Consejo Nacional de la Resistencia tenía por objeto preparar las bases de un nuevo sistema de gobierno de posguerra. De aquel CNR, compuesto por todos los partidos políticos, el conjunto de las fuerzas sindicales y diversos grupos resistentes, salió la decisión de nacionalizar grandes empresas como la eléctrica EDF o la creación de la Seguridad Social, un proyecto madurado por el Frente Popular y que el estallido de la IIª Guerra Mundial reventó.

Pues bien, 80 años después, en vísperas electorales, el bueno de Macron acaba de presentar otro CNR, un Consejo Nacional de la Refundación que estaría compuesto por «las fuerzas políticas, económicas y sociales» y «ciudadanos elegidos por sorteo», con el objetivo de reflexionar acerca de las reformas que proponga un presidente exiliado en el palacio del Elíseo y necesitado de golpes de efecto para liderar una Francia humillada, dividida, ocupada y saqueada por los neoliberales, y que lejos de nacionalizar, privatizará. Y si le da tiempo, acabará por desmantelar la Seguridad Social. Al final acabaremos por añorar los tiempos de guerra, porque lo que es estos, no dan ninguna paz.