EDITORIALA

Otra cultura de gestión de la sanidad pública

Las declaraciones de la consejera de Salud del Gobierno de Lakua, Gotzone Sagardui, en un desayuno patrocinado por empresas farmacéuticas han enfadado a profesionales y sindicatos del ámbito de la sanidad. La consejera abogó, entre otras cuestiones, por trasladar a la ciudadanía que se avecina un cambio cultural en relación con los servicios sanitarios que se sustanciará en que habrá que desplazarse más, y acostumbrarse a que haya consultorios atendidos por servicios de enfermería y a que otros cierren en vacaciones. Asimismo, repartió culpas por la falta de profesionales, enfatizó el papel de la enfermería y glosó las ventajas de las herramientas telemáticas para realizar diagnósticos.

El discurso de la consejera fue un excelente resumen de la cultura de gestión instalada en el sector público de la CAV. En primer lugar, mostró la capacidad infinita de los administradores de lo público para acuñar nuevos eufemismos para tratar de convertir en un cambio cultural lo que no son sino recortes sistemáticos, déficit de personal y falta de previsión. Los cambios culturales tienen que ver con nuevos enfoques en el modo de entender y cuidar la salud, y no con más desplazamientos y diagnósticos a distancia. En segundo lugar, rechazó con maestría cualquier responsabilidad en la falta de personal. Desvió la atención de la precariedad hacia las extravagantes expectativas de los médicos y de la sobrecarga laboral hacia la mala planificación docente que, por supuesto, no es competencia del Ejecutivo en el que participa. De la nefasta planificación de su Departamento, ni una palabra. Por último, elogió la tecnología para ocultar la creciente deshumanización en el trato debido, básicamente, a esa falta de personal.

Una cultura de gestión que sigue envolviendo con buenas palabras lo que no es sino el desmantelamiento sistemático de la sanidad pública para dejarla en manos de los seguros privados. La estrategia consiste en adelgazar el sistema público de salud para engordar el privado. Buena muestra de ello es el reciente convenio firmado con Mutualia para ceder los historiales médicos de los trabajadores. Realmente hace falta otra cultura, pero de gestión de lo público.