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KIEV

Ucrania reclama más armas ante el temor a la «fatiga» de sus aliados en una larga guerra

Ucrania mantiene la presión sobre sus aliados para que aumenten el suministro de armas y las críticas sobre los que considera que no colaboran lo suficiente, como Alemania o el Estado francés, temiendo que la «fatiga» de una larga guerra provoque objetivos dispares.

Proyectiles de artillería, junto a un vehículo ruso destruido, cerca de Mikolaiv.
Proyectiles de artillería, junto a un vehículo ruso destruido, cerca de Mikolaiv. (Genya SAVILOV | AFP)

Ucrania reclamará mañana a los ministros de Defensa y jefes de Estado Mayor de sus aliados, que se reúnen en Bruselas, incrementar aún más la entrega de armamento para hacer frente a la ofensiva rusa.

Pese a las partidas millonarias destinadas hasta ahora por parte de EEUU, la UE y varios Estados de forma bilateral, Kiev reclama al menos 1.000 obuses de 155 milímetros, 500 tanques, 300 sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple, 2.000 vehículos blindados y mil drones para lograr la paridad de armas pesadas con la Federación Rusa.

«Estamos esperando una decisión», indicó el asesor de la Presidencia ucraniana, Mykhailo Podolyak, tras publicar esta relación ante la reunión de mañana en Bruselas.

Será el tercer encuentro de este grupo. En el primero, EEUU presionó al resto de países para armar más y mejor a Kiev y se constató el giro de Alemania, que aceptó el suministro de tanques, a pesar de lo cual Kiev siguió reprochando a Berlín que arrastre los pies en sus entregas.

En la siguiente reunión, EEUU dejó clara su intención de continuar el rearme «hasta el final» y veinte países más anunciaron el aumento de su ayuda militar a Ucrania.

Las armas occidentales -misiles anticarro, sistemas de defensa aérea, drones y artillería pesada- y la información de Inteligencia han jugado un papel clave para ralentizar la ofensiva rusa en los tres primeros meses.

Pero Ucrania teme que la «fatiga internacional» empiece a hacer mella en sus aliados y quiere mantener la presión. Sobre todo tras declaraciones como las del presidente francés, Emmanuel Macron, sobre «no humillar» a Rusia en una eventual negociación o las del exsecretario de Estado de EEUU Henry Kissinger sobre concesiones territoriales que debería hacer Kiev.

En este sentido, el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, acusó a Occidente de no ofrecer apoyo suficiente a su país. «O el mundo no comprende para nada lo que sucede, o lo comprende pero ya se cansó y está dispuesto a resignarse a la idea de que todos los días mueren ucranianos», lamentó, y no ocultó su decepción ante sus homólogos del Estado francés y Alemania. Con los recientes anuncios de suministro de sistemas de lanzamisiles móviles de largo alcance por parte de EEUU y Gran Bretaña espera frenar el lento pero progresivo avance de las fuerzas rusas en el Donbass, pero se enfrenta a problemas de munición y la necesidad de tiempo de formación para utilizarlos. Por su parte, el viceprimer ministro de Rusia, Yuri Borisov, señaló que «es poco probable» que el armamento suministrado por las potencias occidentales a Ucrania sea decisivo y tan solo prolongará el conflicto.

Moscú aseguró ayer haber destruido en la estación de tren de Udachnoye, en Donetsk, un «gran número» de armas entregadas a «nacionalistas ucranianos» por parte de EEUU y países europeos.

Sobre el terreno, Ucrania confirmó haber perdido el control de la zona residencial de Severodonetsk, donde se libra la principal batalla por el control del Donbass. Las tropas ucranianas se encuentran reducidas a la zona industrial y señalaron que intentan evacuar a unos 500 civiles de la planta química Azot.

Solo queda uno de los puentes que cruzan el río Donets para una eventual evacuación hacia Lisichansk, donde los rusos también han intensificado los bombardeos c y que sería su siguiente objetivo. Las tropas ucranianas bombardearon, a su vez, la ciudad de Donetsk, matando a tres personas en un mercado.

Kiev dice que miles de extranjeros enrolados «no son mercenarios»

Las autoridades ucranianas confirmaron la presencia de «voluntarios» de hasta 55 países diferentes en las filas de su Ejército, dentro de la llamada Legión Internacional, «incluso de lugares tan distantes como Brasil, Corea del Sur o Australia». El portavoz de la Legión, Damien Magru, precisó que una gran parte son estadounidenses y británicos, seguidos de polacos, canadienses, bálticos y nórdicos.

Rechazó que puedan ser considerados mercenarios porque están integrados en las Fuerzas Armadas y financiados por el presupuesto de Defensa «junto a fondos solidarios adicionales de donantes privados, principalmente occidentales». De esa legión forman parte los dos británicos y el marroquí condenados a muerte por un tribunal de Donetsk. Rusia sí los considera mercenarios y calcula que son casi 7.000. Otras fuentes cifran en 20.000 los extranjeros que han acudido a combatir en el bando ucraniano, aunque muchos han vuelto por falta de preparación para la guerra o problemas para encajarlos en las unidades del frente.GARA