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La UE empieza a atascarse en la ayuda a Ucrania y en las sanciones a Rusia

Con una inflación galopante y el miedo a un invierno sin reservas de gas que agrave las crisis, los Estados europeos vacilan en avalar la ayuda económica de 9.000 millones de euros prometida a Ucrania. Ayer aprobaron 1.000 millones, pero las grietas en el apoyo a la guerra pueden empezar por la economía.

Un hombre apaga un fuego tras un ataque cerca de Slaviansk, en la región de Donetsk.
Un hombre apaga un fuego tras un ataque cerca de Slaviansk, en la región de Donetsk. (Miguel MEDINA | AFP)

Los ministros de Finanzas de la UE, el Ecofin, desbloquearon ayer el desembolso de 1.000 millones de euros para Kiev, pero el pago es solo una pequeña parte de los 9.000 millones que han prometido al Gobierno de Volodimir Zelenski. La negociación para desbloquear más ayuda para Ucrania, que necesita unos 39.000 millones de dólares en todo lo que resta de año para hacer frente a necesidades básicas, se ha atascado cuando se pasa de financiarla con el aval del presupuesto comunitario a hacerlo con las garantías de los Estados miembros, que -con sus propias crisis y una inflación disparada- ya no están tan dispuestos a asumir el riesgo de avalar los 8.000 millones pendientes.

Bruselas espera entregar estos 1.000 millones tras la firma con Kiev de condiciones sobre «mecanismos democráticos efectivos, tales como un sistema parlamentario multipartidista y el Estado de derecho», y garantías sobre derechos humanos.

Eso sí, la UE evaluará esta cláusula «teniendo en cuenta las circunstancias del país y la aplicación de la ley marcial».

Este pago se añade al paquete de 1.200 millones de euros aprobado por la UE en febrero y al apoyo humanitario y militar. A la vez, EEUU anunció otros 1.700 millones de dólares en ayuda a Ucrania, parte de un volumen de 7.500 millones prometido en mayo. El pago eleva a 4.000 millones de dólares la ayuda económica proporcionada por EEUU. El miedo al corte del suministro energético también hace tambalear las posiciones europeas. Canadá accedió a la petición de Alemania de permitir la salida del país de una turbina del gasoducto ruso Nordstream 1 que estaba retenida en Montreal tras su reparación por las sanciones contra Rusia.

En las últimas semanas, Berlín ha presionado a Ottawa para que devolviese la turbina tras la decisión de Gazprom, el operador ruso de Nordstream 1, de reducir el suministro de gas al 60%. Bruselas aplaudió este flexibilización de las sanciones porque «se elimina una de las excusas» de Moscú.

El gasoducto es, en estos momentos, la principal fuente de abastecimiento de gas ruso para Berlín. El Gobierno alemán teme que Gazprom utilice las labores de mantenimiento, que finalizan el 21 de julio, y la falta de la turbina, como excusa para cortar el suministro de forma definitiva.

La decisión irritó a Ucrania, cuyo Ministerio de Exteriores convocó al encargado de negocios de Canadá para protestar por «una manipulación del régimen de sanciones para complacer los caprichos rusos».

Ataques ucranianos cerca de la central nuclear de Zaporiyia

Las autoridades prorrusas de la región de Zaporiyia denunciaron que el Ejército de Ucrania está llevando a cabo una serie de ataques aéreos y de artillería cerca de la central nuclear ubicada en el extremo oeste de la región. Informaron de cuatro ataques con infraestructuras civiles y zonas residenciales como objetivo, «lo que crea una amenaza de situaciones de emergencia». Por otro lado, Kiev aseguró haber matados a 52 soldados rusos al destruir un depósito de municiones en Nova Kajovka, a 70 kilómetros de Jerson, una región donde Ucrania ha anunciado una contraofensiva. La Administración prorrusa negó que hubiera objetivos militares en la zona y aseguró que fueron alcanzadas decenas de viviendas. GARA