Joseba ITURRIA
TOUR 2022

Vingegaard remata la batalla del Jumbo y deja a Pogacar muy tocado

El danés y Roglic atacaron al esloveno en la subida del Galibier tras un gran trabajo de sus compañeros y acusó todas las energías gastadas al perder tres minutos y el amarillo en el Granon. Quintana, Bardet, Thomas, Gaudu y Adam Yates también le superaron.

Jonas Vingegaard, con su primer maillot amarillo tras su victoria en el Granon.
Jonas Vingegaard, con su primer maillot amarillo tras su victoria en el Granon. (Anne-Christine POUJOULAT AFP)

El Tour vivió ayer una de las jornadas más bonitas de los últimos años con una batalla del Jumbo desde lejos que dejó en evidencia la debilidad del UAE y llevó a Tadej Pogacar a gastar en el Galibier las energías que le faltaron en la dura subida final a 2.413 metros de altitud del Granon, donde Jonas Vingegaard ganó la etapa y se vistió de amarillo al sacar tres minutos con la bonificación al vencedor de las dos últimas ediciones de la prueba.

El esloveno vivió su primera crisis desde que asumió el mando del Tour en 2020 y solo pudo ser séptimo superado también por Nairo Quintana, que agradeció la altitud, Romain Bardet, segundo en la general ahora, Geraint Thomas, David Gaudu y Adam Yates.

El Jumbo cambió radicalmente la carrera al mover todas sus piezas desde la salida. Metió a Van Aert y Laporte en una escapada en la que repitió Ion Izagirre y sus compañeros plantearon la batalla desde lejos en el Télégraphe y el Galibier. Roglic y Vingegaard, bien apoyados por Kruijswijk y Kuss, atacaron y dejaron a Pogacar sin gregarios. El esloveno del UAE respondió a todos los intentos y atacó para marcharse con el danés, que se limitó a seguir su rueda mientras Bardet y Thomas eran los que mejor respondían.

En el descenso Van Aert trabajó para meter a Roglic en el grupo de los elegidos, pero en la última subida al Granon se volvió a quedar enseguida al ritmo de Majka. Nairo Quintana fue el primero en atacar a pesar de tener por delante a su compañero Warren Barguil en la cabeza de carrera, luego lo probó Bardet a falta de seis kilómetros y, tras ver que Pogacar no respondía al francés del DSM, Vingegaard lanzó un fuerte ataque a falta de cinco para sacar a relucir el peor día de Pogacar y lograr su primera victoria en el Tour.

UN SUEÑO Y EL AMARILLO.

Tras su mejor día como ciclista el danés quiso «agradecer a mi equipo, todos han estado formidables, sobre todo Primoz Roglic, que ha hecho todo lo que podía por mí. Es increíble lo que he conseguido. Siempre he tenido el sueño de ganar una etapa en el Tour y además tengo el maillot amarillo».

Pogacar señaló que «cuando Jonas ha atacado he tratado de seguirlo, pero me he dado cuenta de que no era mi día. No sé por qué, pero he tenido una pájara, me han acosado mucho, puede que haya sido por falta de azúcar».

El esloveno aseguró que ahora pasará a atacar en un recorrido que hoy le presenta su primera oportunidad de resarcirse en una última dura etapa alpina entre Briançon y Alpe d’Huez, con 165,1 kilómetros, 4.660 metros de desnivel y las subidas del Galibier de salida por otra vertiente (23 kms. al 5,1%), la Croix de Fer (29 kms. al 5,2%) y el final en la cima mítica tras 13,8 kms. al 8,1%.