El Ministerio de Defensa de Azerbaiyán admitió ayer haber tomado varios altos en territorio de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj en el marco de la operación militar “Venganza”, en la que murieron un soldado azerbaiyano y dos karabajíes, y que vuelve a elevar la tensión en la zona.

Bakú asegura que respondió al ataque de formaciones armadas armenias contra una guarnición del Ejército azerí.

A la vez, acusó a Armenia de violar el alto el fuego que puso fin en noviembre de 2020 a la guerra armenia-azerbaiyana con el control del enclave montañoso.

Además, denunció que soldados armenios intentaron tomar un alto que conduce al corredor de Lachín, el único nexo entre el Karabaj y Armenia, con el fin de «establecer allí nuevas posiciones militares». Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia acusó a Bakú de violar la tregua, al tiempo que destacó que las tres partes están tomando medidas para estabilizar la situación en la zona.

En la operación, el Ejército azerí realizó un ataque aéreo en el que aseguró haber destruido varios obuses, vehículos militares y munición y advirtió de que cualquier «provocación armada» será respondida con medidas «aún más destructivas».

Por su parte, las autoridades de Nagorno Karabaj declararon la movilización parcial tras el ataque azerbaiyano que causó dos muertos y catorce heridos, según fuentes karabajíes. El partido del primer ministro armenio, Nikol Pashinian, llamó a las fuerzas de pacificación rusas a rebajar la tensión en la zona al insistir en que el corredor de Lachín se encuentra exclusivamente bajo su responsabilidad.

Mientras, la Cancillería armenia consideró «inaceptable» lo que consideró un intento de cambiar unilateralmente el estatus legal del corredor, clave para la subsistencia del Karabaj.

El aumento de la tensión en la zona fue tratado el pasado martes en una conversación telefónica entre Nikol Pashinian y el presidente ruso, Vladimir Putin.