EDITORIALA

Enseñanza gratuita, un objetivo todavía pendiente

El alza en el coste de la vida está haciendo estragos en los presupuestos familiares y en septiembre llega una nueva prueba con la vuelta al colegio. El Parlamento francés aprobó a principios de agosto la ley a favor del poder adquisitivo que recoge un conjunto de medidas para paliar los efectos de la inflación. Entre ellas está la revalorización de la subvención que reciben las familias con hijos e hijas en edad escolar (ARS) en un 4%. En Nafarroa Beherea, Lapurdi y Zuberoa las familias empezarán a cobrar la ayuda antes de que comience el curso y el aumento aprobado, a principios de septiembre.

La revalorización está siendo criticada por insuficiente por las asociaciones de padres y madres que señalan que, sin ir más lejos, los grandes distribuidores han calculado un incremento de entre un 20% y un 25% en los precios del material escolar. Apuntan, asimismo, que las familias tienen que hacer frente a otras dos facturas que pesan mucho en el presupuesto: el comedor escolar y el transporte. Este contexto de elevada inflación está mostrando que también existen otros gastos relacionados con la educación que evidencian que, a pesar de la proliferación de proclamas y eslóganes, la gratuidad de la enseñanza está lejos de ser una realidad en nuestra sociedad. Una carencia que, además, provoca situaciones terriblemente injustas, en algunos casos por discriminación, y en otros por segregación del alumnado. La mejor forma de superar estas injusticias sería que el Estado asumiera todos los gastos relacionados con la enseñanza, tal y como reivindican las familias. Durante el debate de la ley, también la oposición de izquierda propuso que los comedores escolares fueran gratuitos pero la resolución no fue aprobada.

La carestía de la vida y las crecientes desigualdades sociales están mostrando los terribles efectos que las deficiencias de los servicios públicos tienen en el bienestar de las familias y de los menores. Por ello, la actualización de las ayudas escolares ha reavivado el debate sobre la gratuidad de la educación. Un debate que, además, no se circunscribe a los territorios de Ipar Euskal Herria, sino que afecta al conjunto del país.