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Dimite la primera ministra sueca tras la victoria de la derecha

Magdalena Andersson presentará hoy su dimisión como primera ministra de Suecia tras reconocer la derrota del bloque de la socialdemocracia y sus aliados frente al de la derecha que, con la ultraderecha como fuerza emergente, empieza a negociar el Gobierno.

La primera ministra sueca, Magdalena Andersson.
La primera ministra sueca, Magdalena Andersson. (Jessica GOW | AFP)

La socialdemócrata Magdalena Andersson presentará hoy su dimisión tras reconocer la derrota frente al bloque de derechas en los comicios del pasado domingo. La primera ministra seguirá, sin embargo, al frente del Partido Socialdemócrata, con quien liderará la oposición al nuevo Ejecutivo de derechas.

Pese a que el Partido Socialdemócrata ha sido la formación más votada, con un 30,4% de los apoyos, el bloque formado por el Partido Moderado con liberales, democristianos y el ultraderechista Demócratas de Suecia (SD) es el que cuenta con mayoría. Frente a los 173 escaños de los socialdemócratas y sus posibles aliados, el bloque de cuatro partidos de derechas ha obtenido 3 más (176) y está encabezado por el SD, con 73 diputados, verdadero vencedor de las elecciones con un 20,6% de los votos, al ser la formación que más aumenta sus apoyos y convertirse en la segunda fuerza del país y clave para la formación de Gobierno.

Hasta ahora nunca un Ejecutivo sueco se ha apoyado en este partido ultraderechista, heredero de un grupo neonazi y con un discurso xenófobo, sobre el que se establecía un «cordón sanitario».

Con todo, no parece probable que las otras tres formaciones le concedan el puesto de primer ministro, que reservarían para el líder del partido Moderado, Ulf Kristersson, quien confirmó que ha iniciado las conversaciones para la formación de Gobierno. «Los moderados y los demás partidos de mi lado han recibido el mandato de cambio que pedíamos», señaló.

Incluso podrían evitar que el SD entrara en el Ejecutivo.

Andersson se ha mostrado dispuesta a apoyar a Kristersson y «cooperar con cualquiera que quiera ser parte de la solución a los problemas que enfrenta Suecia» si finalmente el conservador no es capaz de formar Gobierno, lo que evitaría la entrada de la ultraderecha en el Ejecutivo sueco.

«Ahora comienza el trabajo para hacer que Suecia esté bien de nuevo», reaccionó el líder ultra Jimmie Akesson a la dimisión de la primera ministra, prometiendo ser «una fuerza constructiva y de iniciativa».

La primera mujer en gobernar Suecia apenas había llegado el pasado noviembre a la Jefatura de Gobierno, y ha vivido diez agitados meses marcados por la inestabilidad política y por la decisión del país nórdico de acabar con la neutralidad militar para pedir la entrada en la OTAN.