EDITORIALA

Acompasar los discursos a los cambios positivos

El curso de verano “Víctimas del terrorismo, su derecho de participación” sirvió a la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales de Lakua, Beatriz Artolazabal, para animar a las víctimas de ETA a «sanar las heridas», a no quedarse atrapadas en su condición de víctimas «como único destino» y a transformar «el dolor del pasado en la construcción de un nuevo futuro». En su discurso, Artolazabal repitió algunas de las tesis tradicionales de este Gobierno sobre la violencia política, pero también lanzó ese mensaje constructivo y realista, en línea con lo que ya expresan algunas de estas víctimas. Tampoco se puede olvidar que las víctimas de la violencia estatal, que sufren una impunidad casi total y una discriminación infame, a pesar de todo, han sido empáticas y proactivas de cara a la reconciliación.

La sociedad vasca aboga mayoritariamente desde hace tiempo por evitar la crueldad y abordar de manera definitiva la resolución de las consecuencias pendientes del conflicto. Eso implica hacer ejercicios de empatía, conocer y reconocer el sufrimiento ajeno, hacer autocrítica, ser honestos y actuar de manera proactiva. Reivindicar estos valores es un paso en la dirección correcta. Buena muestra de lo que se ha avanzado en esta dirección puede ser el hecho de que hace diez años las quejas llevaron a que no se exhibiera en Zinemaldia la película “Barrura begiratzeko leihoak” sobre los presos políticos. La excusa fue que era «parcial» y solo contaba una parte de la realidad vasca. Igual que otras películas, por supuesto, solo que en sentido contrario. El poder de las asociaciones de víctimas de ETA ha sido tal que podían censurar solo con mostrar su disconformidad. Por el contrario, este año habrá varias películas sobre el conflicto vasco, sobre la tortura o sobre Gesto por la Paz, por ejemplo, que ofrecerán visiones parciales pero necesarias para entender el pasado y construir otro futuro.

Los discursos son importantes para desatar nudos, mostrar caminos y aportar en clave positiva. Son palancas para hacer las cosas mejor. En este caso son la confirmación de un deshielo que una parte de la clase política ha intentado frenar. Una vez más, la sociedad vasca iba por delante.