Al menos cuatro personas murieron y más de 75 resultaron heridas en la represión de las protestas por la muerte de la joven kurda Mahsa Amini tras ser detenida por la llamada Policía de la Moral iraní por no llevar «correctamente» el hiyab. Su muerte sigue convulsionado al país y las protestas se extendieron sobre todo por el Kurdistán iraní -donde se convocó una huelga-, pero también en la capital, Teherán.

En las manifestaciones, lagunas mujeres lanzaron al aire sus hiyab como desafío a las autoridades. Saghez, ciudad natal de Amini, vivía «una ley marcial no declarada».

Frente a la indignación que ha causado, la Policía redujo lo ocurrido a un «incidente desafortunado», negó que la joven fuese «golpeada» y reafirmó sus leyes sobre «vestimenta adecuada».

Amini, de 22 años, falleció el viernes a consecuencia del infarto y el coma que sufrió el martes en una comisaría de Teherán, donde estaba detenida por la Policía de la Moral para ser «reeducada». El jefe de la Policía de Teherán, Hossein Rahimi, tildó lo sucedido de «incidente desafortunado», negó que la joven fuese golpeada o maltratada bajo custodia y censuró las «mentiras» y «acusaciones cobardes» contra la Policía. Admitió que Amini fue detenida porque su «vestimenta no era adecuada» y recordó que la de hombres y mujeres «debe estar de acuerdo con la ley».

La Policía dijo el jueves que Amini «sufrió repentinamente un problema del corazón» y publicó un vídeo en el que se ve a una joven cayendo al suelo mientras habla con un agente, pero la familia calificó la versión oficial de «mentiras».