Tres días después de declarar oficialmente la incorporación del Donbass, Jerson y Zaporiyia a la Federación Rusa, Moscú sigue sin aclarar las fronteras del territorio anexionado.

El 55% de Donetsk, el 88% de Jerson -incluida su capital- y el 72%% de Zaporiyia no solo siguen en manos ucranianas sino que las fuerzas rusas están perdiendo el control de zonas en Donetsk y Jerson.

Y pesar de la pompa de las celebraciones y de que el presidente, Vladimir Putin, declarara que «serán rusos para siempre», todavía no se sabe a qué población afecta.

En el caso de Donetsk y Lugansk la anexión corresponde a todo su territorio, cuya independencia reconoció Moscú en febrero como paso previo a la invasión. El presidente del comité de Legislación de la Duma, Pavel Krasheninnikov, precisó que también Zaporiyia entrará en la Federación Rusa con sus fronteras administrativas, mientras que la de Jerson incluirá, además, dos municipios de la vecina Mykolaiv.

Sin embargo, el Kremlin anunció que va a consultar a la población de Jerson y Zaporiyia para establecer las fronteras definitivas después de que el viernes indicara que «deben ser clarificadas».

Aun sin esta clarificación, la Duma, la Cámara de diputados rusa, ratificó ayer por unanimidad los tratados de anexión firmados el viernes por Putin con los líderes prorrusos de los cuatro territorios del este y sur de Ucrania. «Este proceso es la continuación lógica de la unificación de las tierras rusas que comenzó en 2014 con el retorno a Rusia de la República de Crimea y la ciudad de Sebastopol», afirmó el ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, al presentar los proyectos de ratificación ante los diputados.

Los tratados establecen que en esas cuatro regiones mantendrán sus nombres y que la lengua oficial será el ruso, aunque se permitirá el empleo del ucraniano, y la moneda nacional, el rublo. Hoy la ratificación pasará por el Consejo de la Federación, el Senado, tras lo que Putin promulgará la correspondiente ley federal.

Lavrov acusó a EEUU de «subordinar y movilizar prácticamente a todo Occidente para convertir a Ucrania en «instrumento de guerra contra Rusia, como hizo Hilter contra la URSS». Además, afirmó que Washington utilizó argumentos fabricados para invasiones y guerras ignorando las condenas de la ONU, mientras -sostuvo- Moscú reacciona para defender «nuestras fronteras, nuestra patria, a todo nuestro pueblo de un auténtico genocidio».

Otro repliegue de tropas rusas, esta vez en Jerson

Rusia reconoció el avance del Ejército ucraniano al oeste del río Dniéper en la región de Jerson, en el sur del país, una de las anexionadas por Moscú, donde Kiev logró romper algunas líneas defensivas y obligó a las fuerzas rusas y prorrusas a replegarse a nuevas posiciones. «El enemigo logró penetrar nuestra defensa en dirección a Zolota Balka y Oleksandrivka con unidades de tanques numéricamente superiores», declaró el mando ruso. En el este, en la región de Donetsk, tras recuperar la ciudad de Liman, las tropas ucranianas continúan también su avance hacia la vecina Lugansk. Una mujer murió en bombardeos ucranianos en la región rusa de Belgorod. GARA